Epílogo.- 20 años después


Han pasado 20 años en Tierra Caliente y la familia Montenegro sigue siendo una de las más ricas de la región, sin embargo ahora es mucho más numerosa...
Gabriel y Damián tienen cuatro hijos... dos varones, Ángel de 20 años y Rafael de 19... un chico fertilizable, Emmanuel, de 17 años... y una chica de 15 años llamada Maia...
y una chica de 15 años llamada Maia
Juan y Tadeo tienen a tres hijos... un varón fertilizable de 18 años llamado Mateo... un varón de 16 de nombre Jonás... y Saraí, una chica de 11 años...
Todos viven felices, unidos y alegres en la Hacienda Montenegro, pero
Todos viven felices, unidos y alegres en la Hacienda Montenegro, pero...
Una noche de fiesta en un bar de Tierra Caliente, Emmanuel y Mateo eran observados por todos los presentes al saber de quiénes se trataban además de llamar la atención por su apariencia...
Emmanuel era un joven rubio, de tez blanca y ojos color miel que heredó la gracia de Gabriel, un chico con el rostro angelical...
mientras que Mateo era muy parecido a Juan sólo que con algunos rasgos de los Montenegro, él era un chico de piel blanca, de cabello castaño y ojos verdes
mientras que Mateo era muy parecido a Juan sólo que con algunos rasgos de los Montenegro, él era un chico de piel blanca, de cabello castaño y ojos verdes... ambos eran muy guapos, pero de carácter muy diferente...
E: ay Mateo quieres dejar de estar nervioso y disfrutar de la noche...
M: es que te saliste sin permiso Emmanuel... si mi abuelo Damián se llega a enterar de que estamos aquí es capaz de venir a armar un escándalo... ya sabes cómo te cuida...
ya sabes cómo te cuida
E: ay sí ya lo sé... y me saca de quicio... no entiendo por qué a mis hermanos sí les da toda la libertad y a mí no...
M: ya sabes que nosotros somos distintos...
E: sí ya sé... somos hombres fertilizables y corremos más riesgos... pero me choca que mis papás me cuiden tanto y también mis hermanos mayores... yo ya no soy un niño... estoy por cumplir los 18 años y sé muy bien defenderme... si quieren cuidar a alguien que cuiden a Maia...
M: si te cuidan tanto es porque te quieren...
E. pues yo ya estoy harto y también de este pueblo... quisiera irme a vivir a otro lugar, pero yo solo...
M: jajajajaja... el abuelo Damián nunca te lo permitiría... sólo te podrías ir pero casado...
E: ja y con quién me voy a casar... si no dejan que se me acerque nadie... es más aquí nadie se atreve a acercarse a nosotros porque conocen a mi papá y saben que es un energúmeno...
M: pues en eso tienes razón... ahora vengo voy al baño...
Emmanuel se quedó solo en la mesa disfrutando de su bebida sin darse cuenta que desde un rincón alguien lo observaba... ese hombre se levantó y caminando como un tigre se acercó hasta el chico rubio...
Buenas noches, ¿puedo sentarme?, dijo el desconocido...
Emmanuel vio al hombre y sus pupilas se dilataron al observar a ese ejemplar masculino
Emmanuel vio al hombre y sus pupilas se dilataron al observar a ese ejemplar masculino... era un hombre unos años mayor que él aunque por la barba que usaba podía parecerlo aún más... su cabello era rubio oscuro y sus ojos cafés y misteriosos, de tez blanca, alto y delgado pero de cuerpo musculoso, sus rasgos eran muy varoniles y su voz ronca...
Emmanuel se puso nervioso y respondió: pues estoy con alguien más...
Desconocido: ¿tu novio?
E: no, es un primo... yo no tengo novio...
El joven se sentó y dijo: no puedo creer que alguien tan lindo no tenga novio...
El rubio se sonrojó y dijo riéndose: no tengo, pero es porque ninguno se atreve a acercarse a mí porque le tienen miedo a mi papá...
Desconocido: pues yo me enfrentaría a quien sea por alguien como tú... la prueba es que aquí estoy...
E: ja... eres bastante atrevido...
Desconocido: la verdad es que no le doy rodeos a lo que me interesa...
E: me gusta la gente directa...
Desconocido: y a mí me gustan los chicos como tú...
E: tú no de eres de Tierra Caliente ¿verdad?
Desconocido: no, pero mi padre era de aquí...
E: y cómo te llamas...
En ese momento, Mateo regresó del sanitario y se sorprendió al encontrarse a otro hombre sentado...
M: buenas noches... ¿lo conozco?
Desconocido: buenas noches... no, yo acabo de acercarme... ¿quieren que les invite una copa?...
Emmanuel iba aceptar, pero Mateo habló primero: no, gracias y no acostumbramos a aceptar bebidas de desconocidos...
El hombre entendió el mensaje: entiendo y creo que será mejor que los deje... ya habrá otra ocasión para que podamos platicar mejor, Emmanuel...
E: espera... ¿cómo sabes mi nombre? nunca te lo dije...
Desconocido: pues ya te dije que me interesas... además que no es difícil saber quién eres...
E: ahhhh y tú... no me has dicho tu nombre...
El hombre sonrió y le dio una tarjeta: ahí está mi nombre y mi número de celular... estoy seguro que nos volveremos a ver...
Emmanuel tomó la tarjeta y vio al hombre salir del lugar... Mateo intentó quitarle la tarjeta pero no pudo...
E: ¿qué haces Mateo? estás loco...
M: rompe esa tarjeta Emmanuel... ese tipo es un atrevido... no se ve con buenas intenciones...
E: ay no seas paranoico... en ningún momento fue grosero conmigo...
M: pues a mí no me cayó bien y si quieres un consejo será mejor que lo olvides...
E: pues a mí sí me cayó bien y hasta se me hace un poco conocido... no sé como si tuviera un aire familiar...
Emmanuel leyó la tarjeta y dijo el nombre del hombre en voz alta: Andrés Duarte... se llama Andrés Duarte... dijo que su papá era de este pueblo... me pregunto quién será...
Fuera del bar, Andrés sonreía maliciosamente y pensaba en voz alta: el primer paso ya está dado... por fin te conozco Emmanuel Montenegro, el tercer hijo de Damián y Gabriel... tú serás el instrumento de mi venganza... serás mi llave de entrada a la Hacienda Montenegro... a través de ti podré reclamar lo que me pertenece por derecho de sangre... porque yo también... 
¡YO TAMBIÉN SOY UN MONTENEGRO!
¡YO TAMBIÉN SOY UN MONTENEGRO!
¿EL FIN?

Extra 3.- Un ángel, un demonio y la casa sola


Era un sábado por la tarde en Tierra Caliente cuando Gabriel se acicalaba el cabello para salir rumbo a la iglesia de San Sebastián... desde hace más de un año, el castaño se dedicaba a enseñar el catecismo a los niños del pueblo... todos los días Gabriel se ocupaba del cuidado de la Hacienda y de sus hijos, pero la tarde de los sábados lo dedicaba a enseñar la palabra de Dios a las nuevas generaciones...
Gabriel estaba por salir de su recámara cuando Damián entró...
G: ¿qué haces aquí mi amor?... se suponía que la reunión con los ganaderos tardaría más...
El rubio besó en los labios a su esposo y contestó: afortunadamente nos pusimos de acuerdo más rápido de lo que pensé y aquí estoy...
G: me alegra... bueno, pues yo ya me voy...
D: ¿te vas? ¿a dónde?
G: acuérdate que hoy es sábado y le doy catecismo a los niños
G: acuérdate que hoy es sábado y le doy catecismo a los niños...
D: y ¿nuestros hijos?
G: ellos están con sus primos... los tíos Tadeo y Juan los llevaron de día de campo así que regresarán hasta la noche...
Damián atrajo a Gabriel a su cuerpo y melosamente le dijo: y ¿ya te tienes que ir? ¿no puedes esperar un poco más?
El barbado bajó su mano hasta la nalga del castaño y este se retiró rápidamente: lo siento querido, pero ya voy un poco retrasado... nos vemos en la noche...
Gabriel salió rápidamente de su cuarto y Damián se quedó unos segundos pensando aunque sentía el ardor en su cuerpo y no se quedaría tranquilo, por lo que salió corriendo y alcanzó al castaño antes de salir...
D: espera amor y ¿dónde están todas las sirvientas?
G: ah pues Lupe está enferma, Juana salió porque es su tarde libre y María está en los graneros...
D: eso significa que estamos solos en la casa...
Los ojos del barbado brillaron por la lujuria y quiso besar en los labios a su esposo, pero este lo detuvo
Los ojos del barbado brillaron por la lujuria y quiso besar en los labios a su esposo, pero este lo detuvo...
G: ah no Damián... ya te dije que tengo prisa... los niños del catecismo me están esperando...
D: vamos mi amor... te prometo que no me tardo, solo que muero de ganas por tenerte y además estamos solos como en mucho tiempo no lo hemos estado... tenemos que aprovechar...
G: pero Damián... entiende que...
D: yo te llevo a la iglesia en cuanto terminemos... es más puedes pedirme lo que quieras, pero ahora tienes que cumplirle a tu marido...
El rubio cargó a Gabriel que se sorprendió por la acción y más cuando en vez de llevarlo a la recámara lo llevó a la sala...
G: ¿por qué aquí?
D: dijiste que estamos solos... quiero hacerte el amor aquí...
G: sí... pero alguien podría venir...
D: ¿y? somos esposos... no estamos haciendo nada malo... al contrario es lo más natural del mundo...
Gabriel no tuvo tiempo de decir más porque Damián lo arrojó al sofá y se quitó la camisa, así como se bajó el pantalón y bóxer liberando su grueso miembro que ya estaba duro y erecto...
El castaño entendió la necesidad de su esposo y sabía que cuando su rubio estaba así no podía negarse, por lo que sólo sintió como era despojado de su camisa permitiendo que el barbado atacara sus pezones y le sacara gemidos de placer...
El castaño entendió la necesidad de su esposo y sabía que cuando su rubio estaba así no podía negarse, por lo que sólo sintió como era despojado de su camisa permitiendo que el barbado atacara sus pezones y le sacara gemidos de placer
D: a pesar de los años, tu sabor no ha cambiado y me sigue volviendo loco...
G: oh Damián... tú también me vuelves loco...
El rubio sabía que no tenía mucho tiempo y necesitaba desfogarse en el cuerpo de su amante, por lo que bajó el pantalón y ropa interior de Gabriel para luego darle la vuelta y que el trasero de su amado quedara a su disposición...
El rubio sabía que no tenía mucho tiempo y necesitaba desfogarse en el cuerpo de su amante, por lo que bajó el pantalón y ropa interior de Gabriel para luego darle la vuelta y que el trasero de su amado quedara a su disposición
Damián apretó las nalgas de Gabriel y luego las separó para introducir uno de sus dedos... el castaño apretó uno de los brazos del sofá al sentir el dedo invasor en su intimidad...
el castaño apretó uno de los brazos del sofá al sentir el dedo invasor en su intimidad
D: me encanta tenerte así... siempre abierto y dispuesto para mí... esto facilita las cosas...
El barbado sacó su dígito del trasero de Gabriel y lo sustituyó por la punta de su verga y cuando iba a meterla, el castaño lo detuvo...
G: espera... ponte un preservativo... no quiero que me embaraces otra vez...
Damián gruñó por la excitación y dijo con voz firme: no tengo ninguno a la mano y no aguanto más... después te tomas tus pastillas, ahora sólo quiero llenarte de mí...
Sin decir más y como un fiero león atacó a su presa hundiéndose de una sola estocada hasta lo más profundo de su amante...
Sin decir más y como un fiero león atacó a su presa hundiéndose de una sola estocada hasta lo más profundo de su amante
Gabriel gritó y arañó el sofá al sentir la verga de su macho entrar tan bruscamente: aghhhhhhhhhhhhhh
Gabriel gritó y arañó el sofá al sentir la verga de su macho entrar tan bruscamente: aghhhhhhhhhhhhhh
El rubio disfrutaba de hacer el amor de manera salvaje y primitiva... los gemidos de Gabriel lo llevaban al cielo y lo excitaban aún más...
D: shhh... no grites tan fuerte... si no quieres que una de las sirvientas venga a ver qué pasa... a mí me da igual si nos ven, pero a ti te da pena...
G: ah ah eres un cínico, ah ah ah...
El león aceleró sus embestidas golpeando en el punto de placer de Gabriel, quien dejó de sentir el dolor inicial y ahora también gozaba lleno de placer por las caricias externas e internas que su esposo le propinaba
El león aceleró sus embestidas golpeando en el punto de placer de Gabriel, quien dejó de sentir el dolor inicial y ahora también gozaba lleno de placer por las caricias externas e internas que su esposo le propinaba...
El león aceleró sus embestidas golpeando en el punto de placer de Gabriel, quien dejó de sentir el dolor inicial y ahora también gozaba lleno de placer por las caricias externas e internas que su esposo le propinaba
D: me encantas Gabriel, nunca voy a dejar de amarte...
G: ni yo a ti... eres y siempre serás el único para mí...
D: sabes cuánto me excitar escuchar eso...
Gabriel solo gemía presa del placer: ah ah ah ah ah ah...
Sin salir del interior de su amante, Damián se levantó un poco atrayendo consigo al castaño
Sin salir del interior de su amante, Damián se levantó un poco atrayendo consigo al castaño... el rubio se sentó en el sofá y Gabriel cayó sobre él clavándose aún más...
G: ayyyy Damiááánnnn...
Junto a sus embestidas, el barbado mordía el hombro de Gabriel que se cubría con sus manos la boca para no gritar como poseído y llamar la atención de alguien
Junto a sus embestidas, el barbado mordía el hombro de Gabriel que se cubría con sus manos la boca para no gritar como poseído y llamar la atención de alguien...
D: no te cubras, quiero escuchar tus gemidos... quiero escuchar mi nombre de tus labios... hazlo si quieres que acabe pronto...
hazlo si quieres que acabe pronto
G: ahhh por favor Damián... Damiáááááááánnnnn...
El castaño gritó olvidándose de que alguien podría encontrarlos teniendo sexo como animales en la sala de su casa... el chico no aguantó más y derramó su líquido...
el chico no aguantó más y derramó su líquido
D: así que ya no aguantaste más mi amor... ahora es mi turno...
El rubio elevó sus caderas con mayor fuerza para acelerar sus embestidas que llenaban de éxtasis al castaño, a pesar que ya se había corrido...
El rubio elevó sus caderas con mayor fuerza para acelerar sus embestidas que llenaban de éxtasis al castaño, a pesar que ya se había corrido
D: me vengo mi amor... voy a llenarte de mi semilla... aggghhhhhh
Damián no aguantó más y derramó su caliente semen en el interior de su esposo que sintió como sus entrañas eran bañadas por la simiente del león
Damián no aguantó más y derramó su caliente semen en el interior de su esposo que sintió como sus entrañas eran bañadas por la simiente del león...
Minutos después, ambos cuerpos resoplaban cansados por la potente actividad... Gabriel permanecía con los ojos cerrados gozando del orgasmo cuando recordó que lo esperaban en la iglesia...
El chico se levantó rápidamente y dijo: tengo que bañarme rápido para irme...
El rubio lo detuvo tomándolo del brazo y le respondió: ya te dije que yo te llevo, no te apures... además no quiero que te bañes... quiero que te vayas así... quiero que mientras des las clases sientas por tus piernas recorrer mi semilla... quiero que recuerdes que llevas dentro algo mío siempre...
quiero que recuerdes que llevas dentro algo mío siempre
G: eres un demonio Damián...
Damián se puso de pie y dijo: sí, pero soy tu demonio y así me quieres...
El león besó apasionadamente a Gabriel que correspondió a esa ardiente caricia...
Una hora después en la iglesia de San Sebastián, Gabriel terminaba de dar el catecismo a los niños
Una hora después en la iglesia de San Sebastián, Gabriel terminaba de dar el catecismo a los niños...
G: muy bien chicos, ya terminamos por hoy... disculpen la demora, pero para compensarlos hoy alguien va a jugar un rato con ustedes en el parque y les va invitar un helado...
Todos los niños gritaron entusiasmados...
G: les presento a Damián, mi esposo... él los va a llevar... vayan con él...
Con cara de pocos amigos, Damián fue arrastrado por los pequeños para jugar con él...
El padre Abraham se acercó a Gabriel y le dijo: lo veo y no lo creo... Damián aquí jugando con los pequeños... esto sí que es un milagro...
G: y también se quedará a escuchar la misa padre...
A: tú sí que lo has convertido... dime ¿cómo lo convences?
Gabriel se ruborizó y contestó: digamos que era algo que me debía...
A: por cierto hijo, la próxima semana habrá plática con los padres de los niños del catecismo... me gustaría que también Damián viniera ¿crees que acepte?
G: no se preocupe padre... yo me encargo de convencerlo...
Gabriel vio a Damián jugando con los niños y sonriendo le guiñó el ojo... Damián tenía razón, él podía ser un demonio pero así le encantaba a su ángel...
Esta es la última historia extra y sólo resta el epílogo que cerrará de manera definitiva esta saga

Extra 2.- Antojos de medianoche


Era cerca de la una de la madrugada cuando Gabriel se revolvía en su cama sin poder dormir... el castaño contaba con cinco meses de su tercer embarazo y su inquietud no pasó desapercibida para Damián, que dormía a su lado...
D: ¿qué pasa Gabriel? ¿te sientes mal?
G: no... es sólo que no puedo dormir...
D: quieres que baje por un té para que te tranquilices...
G: es que no estoy intranquilo... lo que tengo es un antojo...
D: ¿antojo? ¿de qué?
G: no, olvídalo... es imposible que lo consigas a esta hora...
D: vamos... dímelo porque si no lo haces no podrás dormir en toda la noche y a mí tampoco me dejarás hacerlo...
Cambiando de humor, Gabriel contestó molesto: pues si quieres me voy a dormir a otro cuarto para no molestarte...
Damián se acercó y besó la mejilla de su esposo: no te pongas así chiquito... lo que quise decir es que quiero que duermas tranquilo... no quiero que mi próximo hijo salga con cara de eso que tienes antojo...
no quiero que mi próximo hijo salga con cara de eso que tienes antojo
El castaño sonrió al sentirse mimado: está bien, te perdono... pues... tengo antojo de un pastel de chocolate...
D: ¿qué? pero dónde voy a conseguir un pastel a esta hora...
Con tono molesto y cruzando los brazos, Gabriel dijo: ¿ves? te dije que no ibas a poder conseguirlo...
D: pues es que sí está difícil...
G: no tanto... el nuevo supermercado está abierto las 24 horas y ahí venden postres...
D: pero eso queda hasta el centro del pueblo... no pretenderás que vaya a esta hora...
G: por supuesto que no... ya déjalo... voy a intentar dormirme...
Gabriel se acostó tapándose con la colcha de los pies a la cabeza como haciendo un berrinche
Gabriel se acostó tapándose con la colcha de los pies a la cabeza como haciendo un berrinche... Damián intentó no hacer caso, pero ahora era él quien no podía dormir al pensar que su lindo esposo se quedaría con el antojo...
El rubio descubrió a Gabriel y abrazándolo de cucharita le dijo al oído: está bien... voy a irte a comprar ese pastel... sólo hago estas cosas por ti...
Damián mordió la oreja del castaño y este le correspondió con un beso en los labios: gracias mi amor...
El barbado bajó las escaleras y cuando iba salir de la casa se topó con Tadeo que iba de llegada con una bolsa en la mano
El barbado bajó las escaleras y cuando iba salir de la casa se topó con Tadeo que iba de llegada con una bolsa en la mano...
D: hijo ¿pero de dónde vienes?
T: del súper papá... Juan tenía antojo de un pay de queso y pues... fui a comprarlo...
D: jummm... pues parece que nuestros esposos andan muy antojadizos...
T: ¿por qué lo dices?
D: porque yo también voy al súper... Gabriel quiere un pastel de chocolate...
T: rayos... si por lo menos se les antojara lo mismo podrían compartir...
D: bueno, ya me voy, que quiero regresar a dormir...
Media hora después, Damián estaba de vuelta con el pastel y Gabriel lo esperaba sentado en la cama...
D: ya regresé... sólo que únicamente encontré una rebanada de pastel de chocolate...
G: pues eso es suficiente... ¿me ves tan gordo que crees que voy a comerme un pastel entero?
D: no, mi amor... no quise decir eso... tú no has engordado nada...
G: no comiences a mentir Damián, que no sabes hacerlo... mejor dame el pastel de una vez...
El castaño tomó la rebanada de pastel y luego de probar una cucharadita dijo: mmmm... está delicioso, pero ya es suficiente...
D: ¿qué? ¿sólo eso vas a comer?
G: sí... no quiero comer de más porque ya es muy noche y me puede hacer daño...
D: pero me levantaste e hiciste ir al pueblo solo ¿por una cucharada?
G: ay ya Damián, relájate... si quieres cómete el resto tú... hasta mañana mi amor, te amo...
Gabriel besó en los labios a Damián y se acostó a dormir...
el rubio tomó el pastel y comenzó a comerlo de muy mal humor y pensando: juro que no vuelvo a ir por ningún pastel a esta hora
...el rubio tomó el pastel y comenzó a comerlo de muy mal humor y pensando: juro que no vuelvo a ir por ningún pastel a esta hora...
Dos días después, a las 12 y media de la noche, Damián encendía su camioneta para ir al supermercado esta vez por un pastel de fresa... Tadeo salió corriendo para alcanzar a su padre...
T: papá espera... espera por favor...
D: ¿qué pasa hijo?
T: ¿vas al súper verdad?
D: sí... no me digas que tú también...
T: sí... a Juan se le antojó un flan que sólo venden ahí...
D: pues súbete y vamos... parece que a nuestros chicos se les ha dado por no dejarnos dormir...
Ese domingo al mediodía, Gabriel y Juan platicaban en la sala de la casa... Juan ya tenía seis meses de su primer embarazo...
G: y ¿dónde está Tadeo?
J: durmiendo...
G: jummm, pues parece que heredó lo dormilón de su padre... Damián también está descansando...
J: no lo critiques... el pobre de Tadeo ha estado saliendo casi todas las noches por mis antojos que me dan y él va a comprarlos hasta el súper...
G: ¿en serio? a mí también me ha pasado lo mismo...
J: pues con razón, don Damián está igual de desvelado, jajaja...
G: pues qué bueno, se lo merece... él tiene la culpa de que yo esté otra vez de encargo...
J: oye no crees que somos demasiado injustos con ellos...
G: 'mmm, pues creo que tienes razón... oye y si nos ponemos de acuerdo y se nos antoja lo mismo a los dos esta noche...
J: pues podría ser... ¿qué se te antoja a ti?
G: mmm... ya sé... qué tal un pastel de zanahoria...
Y después de la medianoche, Damián y Tadeo se encontraban bajando las escaleras de la casa...
D: no me digas... Juan tiene antojos otra vez...
T: sí y supongo que Gabriel también...
D: así es... ahora quiere un pastel de zanahoria...
T: Juan también...
D: hijo, se me ocurre algo... en vez de ir los dos que sólo vaya uno de nosotros y mañana le toque al otro... así no nos desvelamos tanto... ¿qué te parece?
T: me gusta la idea, pero quién va ir hoy...
D: lo decidamos con un volado... aquí tengo una moneda...
Y así Damián y Tadeo pudieron dormir un poco más durante lo que restaba del embarazo de sus respectivos esposos...
Y así Damián y Tadeo pudieron dormir un poco más durante lo que restaba del embarazo de sus respectivos esposos

Extra 1.- Ascendencia


Era una tranquila noche en Tierra Caliente, la mayoría de sus habitantes dormía plácidamente mientras que en la Hacienda Montenegro, Juan y Tadeo disfrutaban de un refrescante baño en la tina del cuarto del rubio...
Era una tranquila noche en Tierra Caliente, la mayoría de sus habitantes dormía plácidamente mientras que en la Hacienda Montenegro, Juan y Tadeo disfrutaban de un refrescante baño en la tina del cuarto del rubio
T: ahhhhh... cuánta tranquilidad se respira...
J: demasiada, extraño a los pequeños Ángel y Rafael...
T: ellos deben estar felices con sus papás en la luna de miel...
J: sí... y doña Martha decidió irse a su casa de la ciudad en lo que Gabriel y don Damián regresan de su viaje...
y doña Martha decidió irse a su casa de la ciudad en lo que Gabriel y don Damián regresan de su viaje
T: en resumen, tú y yo estamos solos mi Juan...
El rubio se acercó seductoramente a su chico y le besó el cuello...
J: Tadeo ¿ya vas a empezar?... acabamos de hacerlo...
T: sabes que no me canso de hacerte el amor... siempre quiero más...
El rubio se puso de pie mostrando su esculpido cuerpo cubierto por la espuma y el jabón que había en la tina...
tomó de la mano al pelicafé y lo levantó para darle un apasionado y húmedo beso en los labios
...tomó de la mano al pelicafé y lo levantó para darle un apasionado y húmedo beso en los labios...
Juan sentía como la temperatura de su cuerpo y el de su amado subía hasta hacerlos sudar a pesar de que solo unos instantes antes se habían refrescado...
Tadeo le dio la vuelta a Juan haciendo que este quedara de espaldas ante él, exhibiéndole su delicioso trasero enmarcado por unas nalgas suaves y abultadas que provocaban gran deleite y placer al rubio...
Luego de masajearlas, Tadeo metió uno de sus dedos en el agujero de Juan que gimió al sentir ese invasor... el pelicafé sostuvo sus manos en la pared del baño que chocaba con la tina en la que estaban...
el pelicafé sostuvo sus manos en la pared del baño que chocaba con la tina en la que estaban
T: aún estás dilatado... no necesitas más preparación y yo muero por estar dentro de ti otra vez...
Juan no respondió, solo paró sus nalgas aún más como invitando a su rubio para hacer uso de él...
Tadeo colocó su verga en la entrada de Juan y comenzó a restregársela en las nalgas eróticamente como intentando prolongar la excitación de ambos... el pelicafé sentía la longitud de su amado así como las bolas de este masajeando su trasero...
El más joven sentía que no podía aguantar más y con voz suplicante dijo: por favor, entra de una vez... te necesito...
Susurrándole al oído, Tadeo dijo: como tú ordenes mi amor...
El rubio fue enterrándose poco a poco en el interior de Juan hasta que su hombría estuvo totalmente dentro del pelicafé...
El rubio fue enterrándose poco a poco en el interior de Juan hasta que su hombría estuvo totalmente dentro del pelicafé
Juan se sintió lleno nuevamente esa noche... lleno del ser que amaba... quien lo había reclamado como suyo y con quien ya era un solo ser...
T: ohhh Juan, te amo tanto... me aprietas tan rico...
Juan apretaba su esfínter para darle mayor placer a su rubio, que sin esperar más comenzó a bombear al chico... las bolas de Tadeo chocaban con las nalgas de su amado rompiendo el silencio de esa habitación...
Junto al choque de ambos cuerpos se sumaron los gemidos de Juan que a través de eróticos sonidos dejaba salir las sensaciones que Tadeo le provocaba con cada estocada
Junto al choque de ambos cuerpos se sumaron los gemidos de Juan que a través de eróticos sonidos dejaba salir las sensaciones que Tadeo le provocaba con cada estocada...
J: ah ah ah ah ah oh sí, Tadeo, así...
Atrás quedó el tiempo en el que Juan se limitaba o se avergonzaba por mostrar sus gemidos, Tadeo le había enseñado a explorarse, le había enseñado a hacer el amor y a disfrutar naturalmente del sexo sin culpas ni remordimientos...
Atrás quedó el tiempo en el que Juan se limitaba o se avergonzaba por mostrar sus gemidos, Tadeo le había enseñado a explorarse, le había enseñado a hacer el amor y a disfrutar naturalmente del sexo sin culpas ni remordimientos
T: me encanta cómo gimes... me encanta saber que soy yo quien te hace gemir de placer... el placer de tenerme dentro de ti y yo estar llenándote de mí...
Juan echó su cabeza hacia atrás para chocar con el musculoso pecho de su hombre y dijo: sólo contigo puedo sentirme así, Tadeo... sólo tú me llenas por completo, te amo...
Tadeo besó la boca del chico que más que entregarle su cuerpo le entregaba el alma...
A partir de ese instante, el rubio no tuvo compasión al invadir el interior de Juan. Empujaba fuertemente, clavándose profundamente y chocando las respingadas nalgas del pelicafé con sus caderas, para después salir casi por completo y repetir...
El pecho de Juan chocaba con la pared del baño y rasguñaba el frío cemento mientras de sus labios salían gemidos de placer, pues el dolor en su culo era mínimo y lo soportaba si era Tadeo quien lo taladraba tan apasionadamente...
T: ahhhh... mi amor... aguanta aún no te corras... aguanta...
Fueron largos minutos de jadeos, gemidos y gruñidos... minutos de muchos besos en la espalda y cuello de Juan, así como de firmes y fuertes embistes por parte de Tadeo... y cuando el final se acercaba, el rubio se clavó hondo en el pelicafé y descargó su espeso y caliente semen hasta el fondo de las entrañas de su chico...
y cuando el final se acercaba, el rubio se clavó hondo en el pelicafé y descargó su espeso y caliente semen hasta el fondo de las entrañas de su chico
La tensión recorrió a ambos jóvenes y la electricidad del momento les hacía jadear liberando todos sus sentimientos en ese delicioso orgasmo... Tadeo plantó su semilla en el interior de Juan y este se derramó manchando la pared de sus fluidos...
Sin abandonar la cueva del placer de Juan, Tadeo se inclinó hasta quedar pecho con espalda con su amado y le puso una mano en el vientre para apretar y que el pelicafé lo sintiera plenamente en su interior...
Tadeo le susurró: no sabes cuánto deseo que en tu vientre lleves ya un hijo mío... quiero fertilizarte y formar una familia contigo... ¿sientes mi semilla en tu interior?... ¿crees que ya te he preñado?
Juan no contestó al susurro de su rubio... su mente había quedado en blanco por el placer recibido, ni siquiera sentía el dolor de su trasero, lo único que percibía en esos momentos era el calor del cuerpo de Tadeo pegado al suyo así como el líquido caliente y muy espeso que recorría sus entrañas...
Tadeo salió de la tina y escurriendo agua tomó en brazos a Juan y cargándolo como a una princesa lo llevó a su cama donde la ronda de besos y caricias no cesaron hasta la madrugada... ambos eran muy jóvenes y las hormonas estaban a flor de piel...
Después de mucha actividad física... el rubio y el pelicafé se quedaron dormidos abrazados de cucharita... Tadeo abrazaba el vientre de su chico con la esperanza de que su semilla germinara pronto y tener a un pequeño cachorro nacido del amor que había entre ellos...
Al día siguiente, Tadeo se despertó solo en su cama y al ver el reloj notó que ya eran más de las 9 de la mañana... se sorprendió al no ver a Juan, generalmente él le llevaba el café a la cama o lo consentía con un rico desayuno, pero esta vez no estaba ahí...
el pelirrubio se bañó y cambió con prisa pues tendría un día agitado
el pelirrubio se bañó y cambió con prisa pues tendría un día agitado... al bajar al comedor esperaba encontrarse con su chico, pero nuevamente se decepcionó... en la mesa sólo estaba el desayuno, pero nadie más...
Tadeo fue a la cocina y preguntó a una de las sirvientas: me puedes decir ¿dónde está Juan?
Sirvienta: no lo sé joven, no lo he visto... Lupe me dijo que yo le preparara su desayuno, pero nada más...
T: ¿y dónde está Lupe?
Sirvienta: fue por la leche al granero, joven...
El rubio salió rápidamente en busca de Lupe, ella era una de las sirvientas con mayor edad dentro de la Hacienda... antes de llegar al granero, Tadeo se la topó...
T: buenos días Lupe... ando buscando a Juan por todos lados y nadie sabe decirme dónde está... ¿tú sí sabes?
L: buenos días joven... eh pues yo... no sé exactamente... sólo lo vi salir...
T: ¿a qué hora?
L: fue muy temprano... él estaba preparando su café como todas las mañanas, cuando un niño llegó con una carta...
T: ¿una carta? ¿de quién?
L: no lo sé... lo que puedo decirle es que el semblante de Juan cambió completamente... se puso muy nervioso y solo me dijo que tenía que salir de inmediato... que regresaba después...
T: pero ¿no te dijo nada más?... y esa carta ¿dónde está?
L: se la llevó él... es todo lo que sé joven... se lo juro...
T: está bien Lupe... te creo... pero quiero pedirte un favor...
L: dígame...
T: yo tengo una reunión con ganaderos de la región, no puedo faltar pero por favor en cuanto Juan llegue... pídele que se comunique conmigo... voy a estar pendiente del celular...
L: sí joven... como usted diga...
Tadeo sentía algo en su pecho
Tadeo sentía algo en su pecho... tenía un extraño presentimiento... ¿a dónde había ido Juan y por qué se había puesto nervioso al leer esa carta? ¿qué era lo decía en ella?
Con eso en mente, el rubio acudió a su reunión, pero en todo en momento estaba pendiente de su móvil... esperaba la llamada de Juan... las horas pasaron y eran más de las 6 de la tarde cuando Tadeo volvió a la Hacienda... preguntó por su chico, pero él no había vuelto en todo el día... la preocupación lo invadió por lo que salió a buscarlo... no sabía a dónde dirigirse, por lo que tras dar una ronda por el centro del pueblo, decidió volver a la casa...
Eran las 8 y media de la noche cuando Tadeo decidió dar parte a la policía, se dirigía al teléfono de la sala cuando la puerta se abrió dando paso a Juan que con pasos aletargados y un rostro desencajado hacía su aparición después de estar ausente todo el día...
El rubio corrió a abrazarlo: Juan... mi Juan, gracias a Dios que estás bien... estaba muy preocupado por ti... ¿dónde te metiste? ¿dónde estuviste todo el día?
Juan no respondió... sólo se separó de Tadeo y se sentó en las escaleras...
T: ¿qué pasa Juan? ¿por qué estás así?... Lupe me contó que recibiste una carta y te fuiste corriendo... ¿qué pasó Juan? ¿dónde estabas?... contéstame por favor...
Juan finalmente respondió: estaba con mi padre...
Tadeo se sorprendió ante esa revelación: ¿tu padre?... Juan tú nunca me habías hablado de él... ¿está aquí en el pueblo?
J: mi padre fue quien me vendió a esta Hacienda... lo hizo para que don Lucio no le quitara su casa...
El rubio se sentó a un lado de su chico y tomándole de las manos le dijo: yo no sabía nada de esto...
J: esta mañana recibí una carta de él, donde me pedía que fuera a verlo porque se encontraba muy enfermo... yo no sabía nada de él desde que me vine para acá... después de todo él nunca fue bueno conmigo... siempre me despreció por mi condición... según él yo no era un hombre completo y no servía para nada....
según él yo no era un hombre completo y no servía para nada
T: y a pesar de todo ¿fuiste a verlo?...
J: sí... sea como sea es mi padre... ¿qué más podía hacer?
T: y ¿cómo está? ¿hay algo que se pueda hacer por él?
Con voz seca, Juan contestó: no... ya no hay nada que hacer... murió hace una hora...
Al escucharlo, Tadeo no supo qué contestar... sólo pudo abrazar muy fuerte al joven que amaba y darle un beso en la cabeza como símbolo de solidaridad...
Después de unos minutos de silencio, el rubio habló: mi amor, dime ¿en qué te puedo ayudar?
J: no lo sé Tadeo... estoy muy aturdido...
T: eso es normal... tu padre acaba de morir y...
J: no... no es sólo por eso... es verdad que me duele, pero como te dije mi padre nunca fue un buen hombre... habían veces que yo mismo deseaba no tener padre para no soportar sus borracheras y sus golpes...
Juan comenzó a llorar mientras hablaba: sé que soy una persona horrible por haber deseado eso pero...
T: no mi amor... tú no eres una mala persona... es normal que pensaras así cuando él te despreciaba y te hacía sufrir...
J: el caso es que ya está muerto, pero no podía irse sin antes herirme una vez más...
T: ¿de qué hablas?
J: cuando llegué a su casa y lo vi postrado en la cama, pensé que me encontraría a un hombre arrepentido... que me pediría perdón por todo lo que me hizo y que me diría que a pesar de todo me amaba, pero no fue así... nuevamente me confirmó su desprecio y me reveló algo que yo no esperaba...
T: ¿qué cosa?
J: que mi madre no está muerta...
T: ¿cómo?
J: no recuerdo a mi madre... sabía que ella había fallecido poco después de mi nacimiento... creía que por eso mi padre me odiaba, él nunca quería hablarme de ella hasta hoy... hoy que en su lecho de muerte me confesó que mi madre no murió sino que me abandonó... a ella tampoco le importé... nunca me quiso...
Lágrimas amargas corrían por el rostro de Juan diciendo palabras aún más dolorosas: ¿te das cuenta Tadeo?... durante años pensé que mi madre era una mujer buena, que me había amado antes de morir y hoy me entero que ella me abandonó con mi padre... sin importarle lo que pudiera pasarme... eso me duele mucho... mucho...
T: tranquilízate mi amor... no tiene caso que te atormentes por cosas que ya no valen la pena...
J: ¿es que no lo entiendes?... mi madre podría estar viva... ella quizás está en algún lugar y yo...
Tadeo abrazó nuevamente a Juan y le dijo: tranquilo amor... sé lo que sientes... yo viví algo parecido recuerdas... pero ahora no pienses en ello... ahora tenemos que encargarnos del cuerpo de tu padre... no te atormentes esta noche... recuerda que tú ya no estás solo... me tienes a mí para apoyarte y para amarte...
J: gracias Tadeo... no sé qué haría sin ti...
El pelirrubio limpió las lágrimas del rostro de Juan y le dio un tierno beso en la frente...
Al día siguiente se realizó el entierro del padre de Juan... Tadeo se encargó de todo y luego de una semana mientras ambos jóvenes estaban en el comedor...
T: ¿por qué no comes Juan? no estás comiendo bien y te vas a enfermar...
J: no me siento bien... tengo un poco de náuseas...
T: lo que pasa es que no puedes dejar de pensar en lo que tu padre te confesó antes de morir...
J: es que yo tengo que saber toda la verdad de mi origen... ¿quién era mi madre? ¿por qué se fue? y ¿dónde está ahora?
T: ¿tu padre no te dijo ni siquiera su nombre?
J: no quiso hacerlo y no hay nadie que conozca que pueda decírmelo... no sé qué hacer...
T: espera... sí hay alguien que puede ayudarte...
J: ¿quién?
T: el padre Abraham... él ha sido sacerdote de este pueblo durante muchos años, incluso conoció a mis abuelos... entonces él tuvo que haber visto a tu madre ¿no crees?
J: tienes razón... estoy tan aturdido que nunca pensé en él... él siempre se mostró esquivo cuando hablaba de mi madre... sin duda sabe algo... iré a verlo ahora mismo...
Más tarde, Juan llegó a la iglesia de San Sebastián y sin rodeos habló con el padre Abraham
Más tarde, Juan llegó a la iglesia de San Sebastián y sin rodeos habló con el padre Abraham...
J: eso fue lo que mi padre me dijo antes de morir... padre usted tiene que saber algo... ayúdeme a saber la verdad sobre mi madre... por favor, si sabe algo dígamelo ahora...
El viejo sacerdote dudó en hablar, pero finalmente lo hizo...
A: gracias a Dios que Benito, tu padre, habló antes de morir... por fin soy libre de esta verdad que durante años me callé porque él me obligó mediante el secreto de confesión... dime ¿qué quieres saber exactamente Juan?
J: todo... el nombre de mi madre, cómo era físicamente y sobre todo por qué se fue sin importarle lo que pasara conmigo...
A: bien, te lo diré... el nombre de tu madre es Sara... Sara López, era una muchacha muy guapa de rasgos finos y cabello negro, sus ojos se parecían mucho a los tuyos, era más joven que tu padre y aunque se casó con él amándolo, él se encargó de que ese cariño se convirtiera en la más terrible de las pesadillas...
J: ¿pesadilla?
A: sí... Benito le dio muy mala vida a Sara, constantemente le pegaba y en más de una ocasión, ella vino aquí llorando porque ya no soportaba la vida que llevaba... un día ella tomó la decisión de dejar a tu padre, pero no lo hizo porque se enteró que estaba embarazada de ti... tu padre desconfiaba de ella porque al ser una mujer guapa muchos hombres la volteaban a ver... incluso llegó a reclamarle acusándola de que el hijo que llevaba en su vientre no era suyo... la encerró durante todo su embarazo... hasta que pocas semanas después de dar a luz, tu padre totalmente alcoholizado golpeó tanto a Sara que la mandó al hospital... ella estuvo internada unos días y cuando salió no volvió a tu casa... tu padre que se había quedado cuidándote la acusó de haberse fugado con otro hombre, pero eso no fue verdad... Sara se fue del pueblo pero se fue sola, huyendo del maltrato y la mala vida que le daba Benito... y esa es toda la verdad hijo...
Juan estaba boquiabierto ante todo lo que había escuchado, después de unos minutos reaccionó y preguntó: ¿y por qué se calló todo este tiempo padre? ¿por qué nunca me dijo nada?
A: ya te lo dije, por el secreto de confesión... tu padre se hundió aún más en el alcoholismo después de la partida de Sara... mi deber como cristiano era apoyarlo y en más de una ocasión platiqué con él... una de esas veces él se confesó conmigo y me pidió callar para no seguir con la vergüenza de haber sido abandonado... por eso hizo creer a todos en el pueblo que Sara había muerto al poco tiempo de fugarse y sólo yo sabía que eso era una mentira, pero no podía decir nada...
J: ahora entiendo todo... el desprecio de mi padre... porque en más de una ocasión me gritó que yo no era su hijo... él realmente creía que yo podía ser hijo de otro hombre...
A: eso es cierto... pero te aseguro que nada de eso verdad... tu padre sí fue Benito... lo sé porque tu madre era una mujer buena e íntegra...
J: ¿buena? ¿cómo puede decir eso padre?... ella no puede ser buena cuando me abandonó... entiendo que no aguantaba la vida que mi padre le daba, pero por qué no me llevó con ella... yo era su hijo...
A: no lo hizo porque como te dije ella estaba desesperada... tu padre la tenía encerrada y cuando salió del hospital lo único que se le ocurrió fue huir... yo sé que estuvo mal, pero debes entenderla, aunque no la perdones... recuerda que los hijos no tienen por qué juzgar a sus padres...
J: eso es fácil de decir... pero qué caso tiene ya perdonarla o no... después de todo a estas alturas ni siquiera sé si vive o no...
El sacerdote se levantó de su asiento y dijo: es que tu madre sí está con vida... ella aún vive...
Atónito, Juan preguntó: ¿cómo puede saberlo?
A: porque yo sé dónde está...
Los ojos de Juan se abrieron desmesuradamente y tomó por los hombros al viejo sacerdote: ¿qué dice?... usted sabe dónde está mi madre... hable padre... dígame dónde está por favor...
A: tu madre vive en un pueblo un poco lejos de aquí... en el pueblo de San Bartolomé...
J: y ¿cómo lo sabe?
A: hace alrededor de cinco años... yo fui a ese pueblo por algunos encargos y grande fue mi sorpresa al encontrarme a Sara... no me fue complicado reconocerla porque a pesar del tiempo sigue pareciéndose a la Sara que yo recordaba... ella también me reconoció y platicamos por un rato...
J: ¿ y qué fue lo que le dijo? ¿preguntó por mí?
A: sí... pero solo me preguntó si estabas vivo... yo le dije que sí y no quiso saber más...
J: no entiendo... y ¿qué fue de su vida?
A: se casó con un buen hombre y tuvo dos hijos, un chico y una chica...
J: Dios Mío y yo sin saber nada de esto... ¿qué debo hacer padre? ¿debo ir a buscarla? ¿qué debo hacer? dígame...
A: hijo, debes hacer lo que te dicte el corazón... pero sí decides ir a San Bartolomé no busques a Sara López sino a Sara de Guzmán... ese es su nombre de casada...
Juan salió de la iglesia con más dudas de las que había llevado, dudas que sólo podría aclarar con su propia madre y para hacerlo tenía que viajar a San Bartolomé...
Unos días después junto con Tadeo, Juan llegó al lejano pueblo de San Bartolomé donde pidió informes por Sara de Guzmán...
Habitante: ah sí, doña Sara, la esposa del banquero... ella vive en...
Juan y Tadeo finalmente llegaron a una bonita casa ubicada en el centro de ese pueblo y pidieron hablar con la señora del hogar... fueron conducidos a la sala donde el pelicafé observó varias fotografías... eran retratos familiares donde se observaba a una pareja con dos jóvenes... Juan se preguntaba si la mujer de esas fotos era su madre...
Tadeo se acercó y le preguntó en voz baja: ¿crees que ella sea tu mamá?
Juan no respondió, le sudaban las manos al pensar que en unos instantes estaría frente a frente con la mujer que le dio la vida... de pronto escuchó unos pasos que se acercaban...
Buenas tardes jóvenes, se escuchó decir... era la voz fuerte y segura de una mujer de casi 40 años... Juan volteó a ver a la persona y se encontró con una mujer de tez blanca, cabello oscuro, ojos negros, delgada y de estatura media, vestía de manera sencilla y clásica de una señora de su edad...
El pelicafé se quedó mudo al ver a la dama sintiendo el llamado de la sangre... fue Tadeo quien reaccionó rápidamente...
T: buenas tardes señora... ¿usted es Sara de Guzmán?
S: así es... estoy a sus órdenes... díganme en qué puedo ayudarles...
T: ehhh... pues verá nosotros...
Juan interrumpió y con un tono de voz nervioso dijo: nosotros venimos de Tierra Caliente... ¿eso no le dice nada señora?
El rostro de la mujer cambió su calidez por la sorpresa: ehhh, pues yo... yo viví en ese pueblo muchos años... pero no entiendo... ¿quiénes son ustedes?
T: yo soy Tadeo Montenegro y él es...
Juan interrumpió nuevamente y dijo: yo me llamo Gabriel... Gabriel Santos...
Tadeo se sorprendió al escuchar a Juan sin entender por qué se cambiaba de nombre...
Tadeo se sorprendió al escuchar a Juan sin entender por qué se cambiaba de nombre
S: mucho gusto a ambos... tomen asiento por favor... ¿desean algo de tomar?
J: no, gracias... la verdad es que venimos con algo de prisa... tenemos que regresar hoy mismo a Tierra Caliente y entenderá que el viaje es un poco largo...
S: sí claro, comprendo... pero lo que no entiendo es por qué me buscan a mí...
J: señora Sara... dice que vivió muchos años en Tierra Caliente, pero no vivió sola ¿o sí?
Sara dudó unos instantes y habló: no, la verdad es que no vivía sola... viví un tiempo con... mi primer esposo...
J: ¿sólo con su esposo?
S: la mayor parte del tiempo sí...
Tadeo intervino en la conversación: ¿puede decirnos el nombre de su primer esposo?
S: Benito... se llamaba Benito o se llama... tiene tantos años que ya ni siquiera sé si vive o no...
J: nuestra presencia aquí tiene que ver precisamente con él... el señor Benito murió hace unas semanas... pero a él le sobrevive un hijo... un joven llamado Juan... ¿ese nombre no le dice nada señora?
Sara se levantó del asiento y dando la espalda a los jóvenes dijo: ese es el nombre de mi hijo... el hijo que yo abandoné cuando era un bebé...
A espaldas de Sara, Tadeo tomó la mano de Juan y este hablo con firmeza: efectivamente señora, así es... Juan es su hijo y yo... yo soy...
Juan apretó la mano de Tadeo y se levantó para ponerse frente a frente con Sara y dijo: yo soy el representante legal de Juan...
S: ¿representante legal?
J: así es... durante años su hijo creyó que usted estaba muerta... eso fue lo que su padre le hizo creer... hasta hace poco se enteró de su existencia, investigó y cuando dio con su paradero me envió para que le entregara esto...
Juan sacó de su saco un sobre y extendió su mano: esta carta es para usted... es de su hijo Juan...
Con manos temblorosas, Sara tomó la carta y comenzó a llorar desplomándose en el sillón: Dios Mío, una carta de mi hijo Juan... seguramente debe reprocharme por haberlo abandonado, pero si él supiera mis motivos... si supiera que nunca lo busqué por miedo, porque temía a su rechazo, porque siempre he sido una cobarde... estoy segura que él debe despreciarme...
Tadeo habló: se equivoca señora, puedo entender su temor, pero le aseguro que Juan nunca la hubiera rechazado...
S: ¿cómo puede estar seguro de eso?
T: porque conozco a Juan y sé que es un ser maravilloso...
Sara agachó el rostro y quiso abrir el sobre, pero Juan la interrumpió: no lo haga señora... no abra el sobre aún... creo que será mejor que lea la carta cuando esté sola...
S: pero quizás Juan quiere una respuesta...
J: no, él me dijo que sólo le entregara la carta... eso es todo...
S: está bien... le agradezco mucho joven...
J: pues eso es todo... nosotros ya tenemos que irnos...
S: de verdad ¿no quieren nada de tomar?...
J: gracias señora pero no... tenemos que irnos...
Juan extendió su brazo y Sara estrechó su mano sintiendo ambos una calidez en su corazón... aunque ella no entendía por qué...
Ambos jóvenes salieron de la casa y antes de subir a la camioneta, Tadeo quiso preguntar: Juan no entiendo...
J: por favor Tadeo... no me preguntes nada... ahora sólo vámonos...
Tadeo entendió y ambos tomaron camino de regreso... ninguno habló en todo el trayecto... el rubio entendía que el corazón de Juan necesitaba silencio...
Después de unas horas cuando llegaron a la Hacienda Montenegro... Tadeo insistió...
T: ¿por qué Juan? ¿por qué no le dijiste a tu mamá quién eras?
J: esa era mi intención al principio, pero cuando llegué a su casa y vi todas sus fotos familiares, me di cuenta que mi madre había hecho su propia vida y yo no tenía por qué acabar con el mundo que ella había formado... un mundo en el que yo no existo... me conformo con decirle lo que siento mediante una carta...
T: ¿y esa carta que decía?
J: que la perdono, que entiendo sus motivos para haberme dejado y que no le guardo rencor... la libero de cualquier culpa y le digo que soy muy feliz a lado de una maravillosa persona... esa persona eres tú mi amor...
Juan se acercó a Tadeo y este lo estrechó en sus brazos: eres una gran persona Juan... pero creo que sí debiste decirle que tú eres su hijo... después de todo ella es tu única familia...
J: te equivocas, mi familia está aquí... son tú, Gabriel, don Damián...las personas que han estado conmigo...
Tadeo sonrió: sí, tienes razón... somos muchos los que te amamos...
J: y pronto habrá alguien más...
T: ¿alguien más? no entiendo... ¿quién?...
Juan se separó de Tadeo y dijo: no había querido decirte, pero ya sé cuál es el verdadero motivo de mis náuseas...
El rubio abrió los ojos enormemente y dijo: no me digas que tú... que estás...
Juan asintió tímidamente: sí... estoy esperando un hijo tuyo...
Tadeo gritó de felicidad y cargó a Juan eufórico por la noticia: mi amor, te amo
Tadeo gritó de felicidad y cargó a Juan eufórico por la noticia: mi amor, te amo... es la mejor noticia que podías darme... estoy tan feliz...
Juan comenzó a llorar enternecido por la alegría de Tadeo: sabía que te pondrías feliz y a mí me hace feliz verte así...
Tadeo llenaba de besos el rostro de Juan: te amo tanto que no puedo esperar más... por favor Juan cásate conmigo... formemos nuestro propio hogar, tú, yo y ese niño que viene en camino...
J: es lo que más deseo mi amor... formar una familia contigo...
Tadeo besó tiernamente los labios de Juan diciéndole: te amo mi Juan... te amo...
Juan no respondió sólo estrechaba los cálidos brazos de su futuro esposo sabiendo que en él había encontrado una verdadera familia...
Juan no respondió sólo estrechaba los cálidos brazos de su futuro esposo sabiendo que en él había encontrado una verdadera familia