Ha pasado mucho tiempo desde que Gabriel Santos llegó al pueblo de Tierra Caliente con el objetivo de reafirmar su fe para convertirse en sacerdote... una serie de hechos inesperados lo llevaron por un camino muy distinto... ahora es padre de un pequeño y en su vientre lleva otro fruto de su amor con Damián Montenegro... en su relación ha habido muchos obstáculos, pero el principal es Lucio Montenegro, quien obsesionado con Gabriel no ha cejado en sus intentos por poseer su cuerpo y su corazón... hoy está más cerca que nunca de lograrlo...
En la casa de los Montenegro que está a las afueras del pueblo, el pelinegro forcejea con el chico que se encuentra atado de pies y manos sin poderse defender de las salvajes caricias de ese perverso hombre...
Sollozando, Gabriel suplicaba: nooooo... por favor Lucio... no lo hagas... noooo
L: no sé por qué te quejas tanto... ya una vez fuiste mío... qué más da otra vez...
G: nooo... suéltame... alguien que me ayude... Damiááááááááááánnnnnnn...
Al escuchar el nombre de su hermano, Lucio se enfureció y tomó bruscamente el rostro de Gabriel: no menciones su nombre... él no vendrá a salvarte... y sabes por qué no... porque no te ama... ya te lo demostró... Damián se acostó con Fabio... finalmente se mostró como realmente es... él es igual o peor que yo...
G: cállate... no me digas más...
L: te duele escuchar que Damián estuvo con Fabio ¿verdad?... pero así fue... Damián te traicionó... él no te ama, pero yo sí...
G: ¿cómo puedes decirme que me amas?... cuando me tienes así... secuestrado y atado... eso no es amor...
L: claro que lo es... yo te amo Gabriel y por eso estoy dispuesto a todo para tenerte... me escuchas a todo...
G: eso no es verdad... tú solo quieres poseerme... quieres tenerme a la fuerza... eso no es amor... amar es querer la felicidad del ser amado aunque no esté con nosotros... yo sé lo que es el amor porque yo sí amo a Damián... lo amo con todas mis fuerzas...
Lucio se levantó de la cama al escuchar esas palabras y furioso golpeó la pared mientras vociferaba: cállate... no repitas eso... ¿cómo puedes amar a quien te ha hecho tanto daño? a quien acaba de engañarte con otro... tú no puedes amar a mi hermano... lo quieres porque tiene dinero, pero yo puedo ofrecerte mucho más... puedo darte todo lo que quieras, todo...
G: yo no quiero nada... aunque Damián no ha sido el mejor de los hombres, pero a pesar de todo lo amo y es el único hombre al que amaré en mi vida... el único... sólo la muerte podrá hacer que deje de amarlo...
Furioso Lucio escuchó a Gabriel y respondió: ¿la muerte?... así que solo la muerte te separará de él... muy bien pues vamos a darte gusto...
El pelinegro se dirigió a un closet y sacó de una de las gavetas una pistola mostrándosela a Gabriel...
L: esta será el arma que acabe con tu gran amor... porque voy a matar a Damián... sólo así te obligaré a que dejes de pensar en él...
Asustado, Gabriel intentó levantarse sin poder hacerlo: nooooo... no lo hagas Lucio, por favor no le hagas daño a Damián... él es tu hermano...
L: eso es lo que menos me importa... Damián siempre ha sido un estorbo para mí... desde niños me ha quitado todo... se quedó con el cariño de mis padres y ahora también te tiene a ti... él tiene que pagar y lo voy a matar... lo voy a matar ahora mismo...
G: nooooooo... por favor, no vayas hacerle nada... estoy dispuesto a hacer lo que sea... pero no lo mates...
Lucio se detuvo antes de salir y sonrió...
L: ja... ¿de verdad estás dispuesto a lo que sea para salvar a Damián?
Llorando, Gabriel asintió y el pelinegro se acercó a él: muy bien... entonces ya sé lo que haremos...
G: ¿qué?
L: nos vamos a ir muy lejos...
G: ¿cómo?
L: sí... voy arreglar todo para que mañana mismo escapemos de este maldito pueblo... nos iremos juntos y nunca nos volverán a ver...
G: pero yo no puedo irme... tengo un hijo y...
L: ese niño no me importa... que se quede con Damián... solo me iré contigo y con ese niño que esperas... ese niño que seguramente debe ser mío...
G: no, Lucio... tú no puedes llevarme...
L: claro que puedo y si no accedes a irte conmigo... te juro que mato a Damián y también me encargo de eliminar a tu hijo... me conoces y sabes que soy capaz de cualquier cosa...
Completamente temeroso de lo que pudiera pasarle a sus seres amados, Damián lloraba: ¿por qué Lucio? ¿por qué me haces esto a mí?
L: ya te lo dije... porque te amo...
Lucio besó los labios de Gabriel que intentaba rechazar esa apasionada caricia, pero no podía hacer nada...
L: no te preocupes, que hoy no te haré nada... en cuanto salgamos de Tierra Caliente serás completamente mío... tu alma y tu cuerpo me pertenecerán y nadie podrá mirarte siquiera...
El pelinegro acarició la barbilla de Gabriel y se dirigió a la puerta: ahora me voy... te dejaré encerrado así que no intentes nada... porque nadie podrá oírte ni tampoco ayudarte... mañana regresaré para llevarte conmigo... descansa mi amor...
Lucio lanzó de manera cínica un beso en el aire y al salir de la habitación, Gabriel se desplomó llorando desesperadamente... intentaba liberarse de los amarres, pero era imposible hacerlo... lo único que le quedaba era rezar... orar por un milagro...
G: Dios Mío, por favor escúchame... apiádate de mí... no permitas que Lucio me lleve... no permitas que logre su objetivo... ayúdame por favor...
En la Hacienda Montenegro, Juan se encontraba en la cocina preparando un té cuando Tadeo apareció...
J. ¿qué pasó con don Damián?
T: está encerrado en su recámara... por más que le pido que me abra no quiere hacerlo... estoy seguro que está sufriendo por lo que está pasando, pero no quiere demostrarlo...
J: es que no entiendo por qué Gabriel tomó esa decisión...
T: ¿Juan tú de verdad crees que Gabriel se haya ido? ¿no habrá otra razón para su desaparición?
J: pues quisiera dudarlo, pero es que Gabriel estaba muy herido y lo que más deseaba era irse de este lugar... incluso cuando se fue sentí como que se despedía de mí...
T: es que no me cabe en la cabeza que se haya ido sin importarle dejar a Ángel... no sé creo que Gabriel hubiera intentado llevárselo o no sé...
J: yo también pienso lo mismo, pero si no se fue por su voluntad... entonces quién escribió esa carta... don Damián asegura que es su letra...
T: y ¿si alguien lo obligó a escribir esa carta?
J: alguien como...
En ese momento apareció Lucio interrumpiendo la conversación de los jóvenes...
Irónicamente, el pelinegro dijo: ja, venía solo por un vaso de agua... no sabía que hicieron de la cocina su nido de amor...
Ninguno de los chicos respondió... sabían que a Lucio le gustaba molestar y ellos no se prestarían a su juego...
Luego de tomar el agua, Lucio se dirigió a la salida pero antes le dijo a Tadeo: según Damián tú andas viendo lo relacionado a sus tierras... de una vez te digo que conozco muy bien todo lo que tiene Damián... así que no podrán hacerme tonto cuando me den el precio de venta...
Tadeo respondió con firmeza: no se preocupe... le pasaré con tiempo la cotización para que su administrador lo revise y no haya ningún problema...
L: ya no tengo administrador... Fabio decidió irse... creo que nunca se acostumbró a este pueblo...
Sin decir más, el pelinegro salió dejando confundidos a los jóvenes...
T: ¿Fabio se fue? ¿tú lo viste salir?
J: no, pero ahora que lo dices tampoco lo he visto en todo el día...
T: algo raro está pasando aquí... ¿no se te hace extraño que Fabio se vaya el mismo día que Gabriel también se fue?
J: tienes que decirle todo esto a don Damián...
T: lo haré y también estaré pendiente de Lucio...
J: quiero que Gabriel regrese y se reconcilie con tu papá... yo sé que se aman y deben estar juntos como nosotros...
Tadeo sonrió ya abrazó tiernamente a Juan: estoy seguro que todo volverá a la normalidad ya verás...
El rubio besó los labios de Juan que correspondió dulcemente a la caricia de su novio...
Al día siguiente, Lucio salió muy temprano para preparar todo lo necesario para fugarse ese mismo día con Gabriel... entre tanto Damián bajó a la cocina solo para tomar un café... Tadeo apareció encontrando a su padre con un rostro desencajado... se notaba que no había pasado una buena noche...
T: se nota que casi no dormiste papá...
D: así es... pero ya decidí lo que voy hacer...
T: y ¿qué harás?
D: buscar a Gabriel... él no puede dejarme así como así... no cuando lleva un hijo mío en su vientre...
T: y dónde lo buscarás...
D: me iré a la ciudad donde vive su madre... supongo que se fue para allá... ya intenté comunicarme con ella, pero creo que cambiaron su número telefónico...
T: ¿piensas irte ahora mismo?
D: no... primero iré con el padre Abraham... estoy seguro que él sabe algo... Gabriel confía mucho en él y seguramente le dijo a dónde iría... pienso que quizás Gabriel podría estar refugiado en la Iglesia...
T: entonces si no lo encuentras en la Iglesia te irás a la ciudad...
D: así es...
T: papá... antes quiero decirte que aquí están pasando cosas extrañas... Fabio se fue ayer de la Hacienda... creo que es mucha coincidencia ¿no crees?
D: ¿Lucio te lo dijo?
T: sí y parece que no le dio ninguna importancia...
D: creo que primero debo hablar con él...
T: no está... lo vi salir desde temprano...
D: bueno... entonces hablaré con Lucio cuando regrese... ahora me importa más saber dónde está Gabriel...
En ese momento, Lucio se encontraba en el banco de Tierra Caliente solicitando una fuerte cantidad de dinero para fugarse con Gabriel...
Banquero: eh, verá señor Montenegro... la cantidad que pide es demasiado alta y en este momento no podemos dárselo en efectivo...
L: pero eso no es posible... qué clase de banco es este... necesito ese dinero hoy mismo...
Banquero: le repito que no lo tenemos, pero si nos da un día... le prometo que mañana le tenemos a esta misma hora todo su dinero...
L: ¿hasta mañana?
Banquero: de verdad lo siento señor Montenegro... pero entienda que es mucho dinero en efectivo...
L: lo único que entiendo es que son unos ineptos... pero está bien... mañana a esta hora quiero todo ese dinero... si no lo tienen les aseguro que tendrán graves problemas...
Furioso, Lucio salió del banco... no le agradaba la idea de retrasar su viaje, pero solo sería un día más... qué podría pasar en un día, pensó el pelinegro seguro de su triunfo...
En la Iglesia de San Sebastián, Damián terminaba de hablar con el padre Abraham, quien le dijo que no había visto a Gabriel y que desconocía su paradero... a regañadientes el rubio creyó en las palabras del sacerdote y salió del templo...
Damián estaba por subir a su camioneta cuando una conocida voz lo detuvo: Damián espera...
Se trataba de Fabio, quien con una maleta en la mano se acercó al rubio...
D: ¿tú? ¿qué haces aquí?... me dijeron que te habías ido de la Hacienda...
F: así es... me fui porque tu hermano me corrió...
D: ¿Lucio te corrió de la Hacienda? ¿por qué?
F: porque dejé de serle útil... ya no le servía para sus planes...
D: ¿a qué planes te refieres?
F: a su plan de acabar contigo y quedarse con Gabriel...
D: ¿de qué estás hablando?
F: de la verdad Damián... una verdad que tú desconoces y que yo te voy a decir...
D: ¿de qué verdad hablas Fabio?
F: la verdad es que Lucio te odia... él no te ve como un hermano, tiene mucho rencor hacia ti y lo que quiere es destruirte despojándote de todo lo que te pertenece... tus tierras, tu herencia y también... también arrebatarte a Gabriel...
D: eso que dices es muy grave...
F: sé que quizás te cueste creerme... pero te estoy diciendo la verdad... Lucio te odia... te odia con toda su alma...
D: pero...
F: por favor, déjame terminar ahora que he comenzado hablar... desconozco exactamente las razones de su odio... yo a Lucio lo conozco de hace poco... tuve la mala suerte de toparme con él en este pueblo y después de conocernos... Lucio me ofreció dinero para seducirte...
Damián se sorprendió ante la revelación: ¿qué?
F: como lo oyes... Lucio urdió un plan para separarte de Gabriel... él no soporta verlos juntos y me llevó a la Hacienda con el único objetivo de seducirte para que Gabriel se enterara y terminara con su relación... por eso es que me corrió porque el objetivo ya está cumplido...
El rubio tomó de los hombros a Fabio y lo miró lleno de rabia: ¿cómo puedes ser capaz de inventar todo esto?
F: yo no estoy inventando nada... te digo la verdad y para demostrártelo voy hacerte una confesión... entre tú y yo no pasó nada... tú no me tocaste la otra noche... estabas muy borracho, pero además no podías tocarme porque solo pensabas en Gabriel... yo te hice creer a ti y a Gabriel que sí habíamos tenido relaciones pero no es verdad...
D: eres un canalla... tú y mi hermano son una basura de personas...
F: merezco que me repudies, pero antes de irme de este pueblo quiero enmendar algunos de mis errores... después de todo las amenazas de Lucio no podrán alcanzarme a donde voy... por eso voy a revelarte algo más...
D: ¿aún hay más?
F: sí y quizás esto sea lo más importante...
D: ¿de qué se trata?
Fabio dudó un momento antes de comenzar a hablar: Lucio te dijo que la noche que no estuviste en la Hacienda, él y Gabriel bebieron y terminaron acostándose... la verdad es que todo fue un plan de tu hermano... él puso algo en la bebida de Gabriel para drogarlo y que no recordara nada al día siguiente...
D: eso ya lo sé...
F: sí, pero lo que no sabes es que entre Lucio y Gabriel no pasó absolutamente nada...
D: ¿qué?
F: sí Damián... Lucio no tocó a Gabriel, no quiso hacerlo... según Lucio él no quería violarlo mientras estaba durmiendo... por eso no le hizo nada...
D: ¿cómo puedes estar tan seguro de eso?
F: porque el mismo Lucio me lo confesó... todo era parte de su plan, por eso cuando Gabriel salió embarazado lo primero que hizo fue revelarte lo que había pasado, para que tú dudaras incluso de tu paternidad... pero ese niño que va nacer es tuyo Damián... puedes estar seguro de eso porque en la vida de Gabriel no ha habido más hombre que tú...
D: ¿por qué haces todo esto Fabio? ¿por qué me dices toda la verdad? ¿por qué ahora?
F: porque nunca había conocido alguien como tú... en mi vida solo han habido hombres como Lucio... pero después de negarte a acostarte conmigo por tu amor a Gabriel comprendí que el amor entre ustedes es algo puro, algo honesto y no es justo que se termine por la envidia de un ser como Lucio... por una obsesión... porque eso es lo que Lucio siente por Gabriel... Lucio está obsesionado con Gabriel y no va descansar hasta hacerle daño... por eso te digo todo esto para que protejas a la persona que amas...
D: pues desafortunadamente te arrepientes demasiado tarde... tus intrigas dieron resultado y Gabriel se fue de la Hacienda... ahora no sé dónde está...
F: ¿Gabriel se fue?
D: sí, pero te aseguro que voy a encontrarlo...
F: Damián... esto también debe ser obra de tu hermano...
D: ¿por qué lo piensas? ¿te dijo algo?
F: no... pero estoy 100 por ciento seguro que él tiene a Gabriel... Lucio tiene una mente retorcida y debe haberlo obligado para irse... Damián no permitas que él se salga con la suya... no lo permitas...
El rubio no supo qué responder, pero su corazón comenzó a latir muy fuerte imaginando lo peor...
F: de cualquier forma yo ya hice lo que tenía que hacer y ahora me voy... me voy para siempre de este lugar... te deseo lo mejor Damián y ojalá algún día puedas perdonarme... adiós Damián...
Damián no respondió a Fabio... solo lo vio alejarse... en ese momento el barbado se encontraba lleno de rabia y de incertidumbre...
Momentos después, Damián llegó a la Hacienda y se encontró con Tadeo y Juan en la sala...
D: ¿dónde está Lucio? ¿ya regresó?
T: aún no papá... ¿lograste investigar algo con el padre Abraham?
D: no... con él no... pero tengo una sospecha...
T: ¿de qué se trata?
D: hijo, por favor necesito que tú te vayas a la ciudad ahora mismo... quiero que vayas a la casa de la madre de Gabriel y compruebes si él realmente no se fue para allá...
T: como tú digas papá... pero no entiendo...
D: ahora no tenemos tiempo... yo me quedaré aquí porque temo que sea Lucio quien tenga a Gabriel en alguna parte...
T: la verdad es que Juan y yo también pensamos lo mismo...
D: pues entonces no se diga más... vete ahora mismo... te doy la dirección de la casa y en cuanto sepas algo te comunicas conmigo o con Juan... lo importante es saber si Gabriel se fue realmente o no...
T: sí papá... solo voy por unas cosas a mi cuarto y me voy...
Tadeo subió a su cuarto cuando el teléfono de la casa sonó y Juan contestó... posteriormente Juan se dirigió a Damián...
J: don Damián... hablan del banco buscando a don Lucio, dicen que es urgente...
D: dame el teléfono yo contesto... bueno... soy Damián Montenegro, dígame qué necesita... mi hermano no está pero yo puedo atenderlo...
Banquero: buenos días señor Montenegro... mire lo que pasa es que su hermano estuvo aquí para solicitar una muy fuerte cantidad de dinero en efectivo... le dijimos que no podíamos dárselo por no contar con tanto efectivo y tendría que esperar hasta mañana... su hermano nos dijo que le urgía, por eso buscamos la manera y afortunadamente conseguimos el dinero y podemos entregárselo esta noche y no hasta mañana... nos queremos comunicar con él, pero no nos contesta... ¿usted podría darle el recado?
Damián no sabía qué decir... él no sabía que su hermano estuviera retirando tanto dinero: ah sí... yo le digo... no se preocupe... yo me encargo de localizarlo y decirle...
El rubio colgó el teléfono, pero ahora tenía más dudas... ¿para qué necesitaba Lucio tanto dinero en efectivo y por qué le urgía tanto?... algo extraño estaba pasando y se imaginaba lo peor...
En la casa a las afueras del pueblo, Gabriel continuaba suplicándole a Lucio para que lo dejara ir...
G: por favor Lucio, termina con esto de una vez... déjame ir te lo ruego...
L: deja de pedir algo que no voy hacer y come... no has probado nada de lo que te traje...
G: no tengo hambre... no quiero comer...
Lucio se acercó al castaño y le dijo: tienes que comer... recuerda que estás esperando un hijo... a mi hijo... seremos muy felices los tres...
G: yo no podría ser feliz contigo... además de que también tengo otro hijo...
L: ese niño lo tiene Damián... la única forma de llevarlo con nosotros es que Damián desapareciera... si tú me lo pides yo puedo eliminarlo...
G: nooo... Lucio no comiences con eso nuevamente...
L: tiemblas de solo pensar que le haga daño a Damián... ¿tanto lo quieres?... ¿qué te dio mi hermano?... yo puedo darte mucho más...
G: ya te dije que no quiero nada de ti...
L: ya cambiarás de idea cuando no tengas más opción que amarme... lástima que hoy no podemos irnos, pero mañana tú y yo nos iremos para siempre de Tierra Caliente... nunca volverás a ver a este pueblo ni tampoco a Damián...
Gabriel no contestó sólo continuo llorando en silencio...
Guiado por su intuición, Damián llegó hasta la casa de las afueras de Tierra Caliente... recordó que ya una vez Lucio había llevado a Gabriel a ese lugar... desde su camioneta vio que la casa estaba cerrada y no había ningún movimiento... esperó por un tiempo, pero parecía que no había nadie... la duda siguió en su corazón, por lo que decidió bajar a investigar...
Sigilosamente, el rubio se acercó a la casa y observó desde la ventana, pero no había nadie en la sala... recordó que había dejado las llaves de esa casa en la Hacienda por lo que iría a buscarlas para entrar... se dirigía su camioneta cuando escuchó ruidos... alguien salía de esa casa y se trataba de su hermano Lucio...
El pelinegro se sorprendió enormemente al encontrarse frente a frente con su hermano menor parado fuera de la casa...
L: ¿Damián? ¿qué haces aquí?
D: eso mismo te pregunto yo hermano ¿qué haces aquí?
L: ehhh... pues... pues vine a ver la casa... generalmente vengo a supervisarla para ver cómo está...
D: ¿ah sí? pensé que le pagabas a alguien para hacerlo...
L: sí... también, pero yo de vez en cuando me doy una vuelta... pero por qué me preguntas tanto... dime tú ¿qué haces aquí?
D: estoy buscando a Gabriel... está desaparecido y no sé a dónde se fue...
L: ja y por qué vienes a buscarlo aquí... ¿no creerás que yo lo secuestré verdad?
D: y por qué no... ya lo hiciste una vez y lo trajiste precisamente aquí... ¿ya se te olvidó?
L: eran circunstancias diferentes...
D: para mí sigue siendo igual y si no te importa voy a entrar a revisar la casa...
Lucio intentó tapar el paso de Damián, pero este lo miró retadoramente: ¿qué pasa? ¿tienes miedo de que encuentre algo?
El pelinegro sonrío cínicamente y contestó: por supuesto que no... adelante hermano... entra a la casa...
Damián entró a la casa seguido de Lucio... el rubio vio que en la sala no había nada fuera de lo normal, por lo que decidió subir a la planta alta donde se encontraban los cuartos... el barbado se dirigió a las escaleras... en ese momento, Lucio tomó un jarrón y se lo estrelló en la cabeza de Damián que cayó desmayado por el golpe...
Lucio comenzó a reír al ver a su hermano tirado en el suelo: jajajajaja... muy bien parece que voy a matar dos pájaros de un tiro... me llevaré a Gabriel y a ti te voy a eliminar hermanito...
A la Iglesia de San Sebastián llegó Juan que prendió una veladora al santo patrono y rezó por unos momentos... sus oraciones fueron interrumpidas por el padre Abraham que apareció repentinamente...
A: que agradable sorpresa Juan... hace mucho que no te veía por acá...
J: lo sé padre... no venía desde hace mucho tiempo porque estaba enojado con Dios... creía que él me había abandonado por todo lo malo que me pasaba... pero ahora he comprendido que todo era un camino de preparación para encontrar mi felicidad porque ahora soy feliz padre... soy feliz y tengo alguien que me ama y a quien amar...
A: me da mucho gusto escucharlo hijo... y supongo que has venido a dar gracias por eso...
J: no sólo he venido a dar gracias sino a pedir por mi amigo Gabriel...
A: sí... ya sé que Gabriel se fue... Damián estuvo aquí pidiéndome información, pero esta vez en verdad no sé en dónde está...
J: padre, estoy muy preocupado por él... todo parece indicar que se fue del pueblo por su propia voluntad, pero algo me dice que Gabriel está en peligro... y tengo miedo... temo que algo pueda pasarle... él no se merece todo lo que le ha pasado... él merece ser feliz...
A: no te preocupes... tú mismo lo dijiste... a veces Dios nos pone pruebas muy difíciles, pero son solo para prepararnos para encontrar nuestra verdadera felicidad... ten fe en que Dios iluminará el camino de Gabriel...
J: eso espero y también me preocupa don Damián que no sé dónde está... y también Tadeo que se fue a la ciudad... siento que todo está de cabeza...
A: recuerda que cuando más oscuro está todo es porque está próximo a amanecer...
Juan suspiró sin responder nada
A: además, ¿recuerdas la cruz que te regalé?
J: sí... es la misma que yo le di a Gabriel...
A: lo sé... y ¿recuerdas lo que te dije cuando te la di?
Juan pesó por un momento y respondió: sí... que esa cruz me ayudaría a cambiar mi vida siempre que tuviera fe...
A: así es... como sabes Gabriel tiene ahora esa cruz y mientras la lleve consigo y tenga fe te aseguro que nada malo le va pasar... Dios estará con él y no permitirá que nada le pase... ¿crees en lo que te digo?
J. sí padre... tengo fe en que todo se resolverá de la mejor manera...
La noche cubrió con su manto a Tierra Caliente y por extraño que fuera un viento frío comenzó a soplar en las calles... era muy raro que el clima ardiente del pueblo cambiara por una atmósfera más fresca... para muchos lugareños era vaticinio del algo malo... algo estaba por pasar esa noche...
Gabriel había logrado conciliar el sueño cuando fue despertado por el sonido de la puerta del cuarto donde estaba... Lucio se acercó a él y le desamarró los pies...
L: levántate... vas a venir conmigo...
G: ¿a dónde?
L: no te preocupes aún no nos vamos de Tierra Caliente... sólo quiero mostrarte algo...
Gabriel notó la mirada siniestra del pelinegro, pero no pudo más que obedecer y caminó seguido de su captor... cruzaron varios cuartos hasta llegar a la habitación del fondo... el castaño escuchó ruidos dentro y grande fu su sorpresa al entrar y encontrarse con Damián que estaba atado de brazos a un mueble y con la boca tapada por un pañuelo...
Gabriel quiso correr a ayudar a su rubio: Damiáááán...
Lucio lo tomó del brazo y le dijo: un momento... si estimas la vida de Damián no te atrevas a acercarte a él o ahora mismo se muere...
El pelinegro sacó la pistola que llevaba en su pantalón y caminó hacia Damián: mira quién tenemos aquí... a tu amado Damián... a tu héroe, a tu salvador... ahora no puede hacer nada... ahora soy yo quien tiene el control y puedo acabar con él ahora mismo si quiero...
Lucio apuntó con su pistola en la sien de Damián que intentaba hablar pero no podía... sólo se revolvía intentando liberarse, pero el lazo que lo ataba era demasiado fuerte...
G: no, por favor Lucio... dijiste que no le harías daño... por favor, tienes que cumplir tu palabra...
L: jajajajaja... no te preocupes Gabrielito... yo cumpliré siempre que tú también lo hagas...
G: me iré contigo, pero deja ir a Damián por favor...
Lucio sonriendo se acercó a Gabriel y lo tomó por la cintura, entonces se dirigió a Damián y dijo: lo ves hermanito... al final Gabriel se irá conmigo...
El pelinegro besó en los labios a Gabriel, quien sólo pudo derramar lágrimas al no poderse negar, pues temía por la vida de Damián...
En la Hacienda Montenegro, Juan muy nervioso cargaba al pequeño Ángel dando de vueltas en la sala de la casa... esperaba noticias de alguien...
El teléfono sonó y contestó... quien hablaba era Tadeo...
J: Tadeo mi amor ¿cómo estás?
T: bien... ya estoy en la casa de Gabriel... su mamá está conmigo... pero no sabe nada de Gabriel... aquí no ha venido...
J: Dios Mío... eso no puede ser nada bueno...
T: lo sé... mi papá ya sabe algo más...
J: don Damián no ha regresado en todo el día... no sé dónde está... tampoco don Lucio aparece... temo lo peor Tadeo...
T: ¿cómo? todo está muy raro... creo que lo mejor será regresar para Tierra Caliente ahora mismo...
J: sí... no sé por qué pero tengo el presentimiento de que algo terrible va a ocurrir...
Entre tanto, Damián se revolvía lleno de furia sin poder hacer nada más que contemplar a Lucio besando a Gabriel, escena que le hacía hervir la sangre...
Luego de besar a Gabriel, Lucio se acercó nuevamente a Damián y le quitó la mordaza de la boca...
D: eres un hijo de puta Lucio... suéltame y pelea conmigo como un hombre...
L: jajajajajaja... shhhh... no digas eso... recuerda que somos hermanos y también ofendes a nuestra querida madre...
D: no menciones a nuestra madre... ella se volvería a morir al ver en el tipo miserable en el que te convertiste...
L: ja y también se moriría al verte a ti... tú no eres mejor que yo Damián... tú solo eres basura a mi lado...
D: aquí la única basura eres tú... no vales nada y por eso tienes que obligar y amenazar a Gabriel para retenerlo a tu lado... suéltame si eres hombre, desgraciado...
Lucio le dio una patada a Damián y lo tomó del cabello: nunca vuelvas a ofenderme maldito bastardo... la próxima vez que lo hagas te lleno el cuerpo de plomo...
D: hazlo Lucio... mátame... si eres tan hombre dispárame...
Lucio temblaba para no presionar el gatillo de la pistola que se dirigía al rubio: no me provoques hermanito... aún no sabes de lo que soy capaz...
D: sí... ya sé de lo que eres capaz... hoy por fin conozco al verdadero Lucio Montenegro...
Atado de manos, Gabriel intervino: por favor, dejen de pelear... Lucio deja ir a Damián... déjalo ir...
D: cállate Gabriel... yo no voy a permitir que te vayas con este tipo... antes prefiero que este maldito me mate...
L: ten cuidado con lo que dices porque te lo puedo conceder...
G: noooo... por favor Lucio... ya termina con esto...
L: esto no se va terminar hasta que tú seas completamente mío Gabriel y hasta que este imbécil ya no sea un obstáculo entre nosotros...
D: ¿cómo puedes decir eso Lucio?... si alguien se ha interpuesto en la felicidad de Gabriel eres tú...
L: sí, me he interpuesto... porque no podía soportar que Gabriel estuviera con el ser que más aborrezco en mi vida... tú Damián... te odio, te he odiado desde que eras un niño y por eso siempre hice hasta lo imposible por arruinarte... por eso te separé de Ruth y el hijo tuyo que esperaba... por eso me encargué de que te volvieras un irresponsable, un borracho...
D: pero no lo lograste... al final retomé el camino correcto... Gabriel me ayudó a cambiar...
L: lo sé y no sabes cuánto tuve que aguantarme mientras veía cómo abrazabas y besabas a Gabriel... hubiera deseado matarte en esos momentos... pero me contuve para llegar hasta aquí... el momento en que yo finalmente me quedaré con lo que más quieres...
D: no Lucio... tú no has ganado aún...
L: pero sí ya lo hice... Gabriel se irá conmigo y juntos seremos felices con ese hijo que espera... ese hijo que seguramente es mío...
D: eso no es cierto... deja de mentir... sé perfectamente que entre tú y Gabriel no pasó nada... drogaste a Gabriel pero no le hiciste nada...
L: por supuesto que sí... hice mío a Gabriel...
D: no es cierto... Fabio me lo confesó, me dijo que todo era parte de un plan para separarnos... ni tú le hiciste nada a Gabriel como yo tampoco tuve nada que ver con Fabio....
Gabriel se sorprendió ante la revelación y cuestionó a Lucio: ¿es verdad eso Lucio? ¿todo fue planeado por ti?
Lucio decidió acabar con las mentiras: pues ya que estamos diciendo todas las verdades... sí... es cierto... todo fue planeado por mí y aunque te drogué no abusé de ti... y sabes por qué no lo hice... porque de verdad te amo Gabriel... no me interesaba tener solo tu cuerpo... también me interesa quedarme con tu alma...
G: y crees que haciendo todo esto yo iba llegar a amarte... estás loco Lucio... yo nunca voy a poder amarte... y ahora menos... sabes todo lo que sufrí al pesar que habías abusado de mí... al no saber de quién era este hijo que espero... sufrí en vano por tu culpa... si de verdad me amaras no me harías sufrir...
L: pero no entiendes que no me quedaba otra opción... yo tenía que separarte de mi hermano...
D: pero nada te funcionó Lucio... pase lo que pase nunca podrás separarme de Gabriel... podrás matarme, pero él siempre me amará a mí... ahora lo sé...
G: así es Lucio... mi amor por Damián es tan grande que ni la muerte nos separará y ahora estoy dispuesto a morir por él si es necesario...
Lucio se enfureció al escuchar eso y le dio una bofetada a Gabriel haciéndolo caer al suelo: ya cállateeee....
D: no le pegues maldito... te juro que te voy a destrozar...
L: perfecto Gabriel... si como dices nunca voy a poder tener tu alma... entonces me conformo con tu cuerpo... antes no te violé, pero ahora sí serás mío...
Gabriel intentó levantarse y correr pero fue detenido por Lucio que lo apresó con su cuerpo...
G: no Lucio... no te atreverás...
Sonriendo cínicamente, Lucio dijo: sí... que mejor que hacerte mío teniendo como espectador a tu querido Damián... estoy seguro que mi hermanito nunca podrá superar el verte entre mis brazos...
Damián gritó intentando liberarse: no te atrevas a tocarlo desgraciado, perro... no te atrevaaaasss....
L: esta vez no podrás hacer nada hermanito...
G: nooo... Lucio así no... por favor...
L: tú siempre debiste ser mío Gabriel... debí haberte violado la primera vez que te conocí en el río... todo sería muy diferente si me hubieras elegido a mí... antes no te hice mío, pero ahora sí lo serás...
Lucio dejó a un lado la pistola y desató las manos de Gabriel para tener más facilidad de manipularlo... desgarró su camisa y observó como en el blanco pecho de Gabriel solo estaba la cadena con la cruz que Damián había arreglado para él...
L: este crucifijo me recuerda lo que una vez quisiste ser... pero no serás más un santo Gabriel... yo te convertiré en mi demonio...
Lucio arrancó el crucifijo y lo arrojó cayendo cerca de los pies de Damián, que no dejaba de intentar soltarse, provocando que sus muñecas sangraran por la presión... al ver la cruz a sus pies pensó: por favor Dios Mío ayúdame... ayúdame....
Lucio se quitó la camisa y comenzó a besar violentamente a Gabriel: vas a ser mío Gabriel... por fin vas a ser mío...
Gabriel lloraba intentando soltarse: nooooo... súeltameeee.... no lo hagas....
L: conmigo vas a sentir más placer que con mi hermano te lo aseguro...
Lucio se desabrochó el pantalón mientras comenzó a besar las tetillas del castaño que sentía que todo estaba perdido...
L: gime Gabriel... no te contengas... gime para mí...
Al ver esa escena, al contemplar a su Gabriel siendo sometido por Lucio, Damián sintió que una fuerza sobrehumana llegaba a él... no le importaba morir, pero no permitiría que le hicieran daño a su amado... y como si de un milagro se tratara, Lucio rompió los lazos que lo ataban y como un león furioso se lanzó hacia su hermano...
Lucio solo sintió como Damián se le echó encima como una fiera... Gabriel casi es golpeado, pero logró hacerse un lado mientras veía como los dos hombres peleaban de manera embravecida...
Damián golpeaba en el rostro a Lucio mientras este le pegaba en el estómago... el pelinegro logró darle una fuerte patada provocando que Damián cayera lejos de él... ese momento fue aprovechado por Lucio que recogió rápidamente la pistola y tomó nuevamente a Gabriel como rehén...
L: no te muevas Damián... si intentas algo Gabriel se muere...
D: eres un cobarde... dices amarlo y ahora lo amenazas...
L: lo amo... pero prefiero verlo muerto antes que contigo...
D: maldito cobarde... pelea conmigo... solos tú y yo... pelea como hombre...
L: cállateee pendejo... no hagas que lo mate primero a él y luego a ti...
Gabriel aprovechó para morder la mano de Lucio provocando que este lo soltara... Damián se fue sobre el pelinegro nuevamente y empezaron a forcejear... Damián intentaba quitarle la pistola y Lucio alzo la mano disparando hacia el techo...
G: noooo... cuidado... por favor paren...
L: te voy a matar desgraciado...
D: vete Gabriel... busca ayuda pronto...
El castaño no sabía qué hacer por lo que no se le ocurrió más que ir a buscar ayuda... Gabriel salió de la habitación dejando a los dos hombres forcejeando...
Gabriel iba por la mitad de las escaleras cuando escuchó un disparo... el joven se detuvo al notar que los gritos se habían detenido... temiendo lo peor Gabriel regresó a la habitación encontrándose con una terrible escena...
En el suelo yacía Lucio manchado de sangre en el abdomen... parado estaba Damián con la pistola en las manos...
Lucio vio a Gabriel y dijo: al final nunca serán felices... siempre llevarán en su conciencia mi muerte... siempre...
Lucio cerró los ojos muriendo a los pies de su hermano menor...
Gabriel gritó: noooooooo.... Damián ¿qué hiciste? ¿cómo pudiste?
Con voz serena, Damián dijo: fue un accidente... la pistola se disparó mientras forcejeábamos...
El castaño cayó al suelo llorando: no... esto no tenía que terminar así... no así...
Damián calló por unos instantes y luego extendió su mano para levantar a Gabriel: yo tampoco quería que terminara así... pero ya todo terminó...
El rubio abrazó a Gabriel que lloraba desconsoladamente...
Los siguientes días no fueron nada agradables para la familia Montenegro, Damián se entregó a la policía para esclarecer la muerte de su hermano por lo que fue detenido... Tadeo se encargó de los funerales de Lucio y Gabriel era constantemente llamado a declarar sobre lo ocurrido en la casa a las afueras del pueblo...
Pasaron dos semanas y finalmente dictarían una sentencia en el caso... ese día se decidiría si Damián salía en libertad o tendría que purgar una condena por el asesinato imprudencial de su hermano...
Gabriel estaba en su habitación cuidando a su pequeño cuando Juan entró con una bandeja de comida...
J: te traje esto para que comas...
G: no tengo hambre Juan, gracias...
J: Gabriel, por favor, tienes que comer... te vas a enfermar si sigues así...
G: es que no puedo Juan... estoy muy nervioso... en unas horas se definirá la situación de Damián y siento que si como voy a vomitar de los nervios...
J: te entiendo, pero por lo menos tómate el vaso con avena... eso le dará sustento a tu estómago...
G: está bien... ¿qué va a pasar Juan?... te juro que si condenan a Damián yo no me lo voy a perdonar nunca...
J: pero tú no tienes la culpa de nada Gabriel...
G: sí... yo soy el culpable de todo... por mi culpa Damián terminó con la vida de su propio hermano...
J: eso no es verdad y lo sabes... la pistola se disparó por accidente... ni Damián ni tú son culpables de la muerte de don Lucio... fue él mismo quien se labró ese final con sus actos...
G: quisiera creer eso, pero la sombra de la muerte de Lucio siempre pesará en nuestras conciencias...
J: eso no es así y estoy seguro que don Damián no piensa lo mismo...
G: te equivocas... Damián piensa igual que yo... la prueba es que él mismo se entregó a la policía y ni siquiera ha permitido que yo lo vea... sólo se ha comunicado con Tadeo en estas dos semanas... está claro que dentro de él considera que yo soy en parte responsable de todo lo que pasó...
J: ay Gabriel... lo que está pasando te hace decir cosas que no son... lo importante es que estoy seguro que hoy don Damián saldrá libre y ustedes podrán hablar...
G: si Damián sale, que ruego a Dios que así sea... no será para continuar juntos... la culpa no nos permitirá ser felices y terminará separándonos...
J: ay Gabriel... ya no sé qué decirte...
En esos momentos, Tadeo entró a la habitación y dijo: bueno ya me voy al juzgado para escuchar la sentencia de mi papá... el abogado tiene buenas expectativas... así que oremos porque todo salga bien...
J: así será Tadeo... don Damián saldrá libre...
T: Gabriel ¿estás seguro que no quieres ir?
G: no Tadeo... prefiero esperar aquí...
T: está bien... nos vemos más tarde... espero que esta noche podamos celebrar...
Tadeo salió de la habitación seguido por Juan...
J: quisiera acompañarte, pero Gabriel está muy deprimido...
T: no es para menos con todo lo que pasó... mi papá tampoco la ha pasado bien...
J: lo peor es que Gabriel se culpa por todo lo que pasó y hasta dice que aun cuando don Damián regrese, ellos ya no podrán estar juntos...
T: mira Juan... ahora nos preocupemos porque mi papá salga libre... lo demás ya el tiempo y Dios dirán...
J: sí... tienes razón... suerte mi amor...
T: te amo Juan...
J: y yo a ti...
Ambos chicos se besaron en los labios tiernamente...
Juan regresó a la habitación y vio que Gabriel había depositado a su bebé en la cuna...
J: ¿vas a salir? ¿decidiste ir con Tadeo?
G: no... voy a salir pero a la Iglesia... no soporto esperar aquí... ya que no puedo hacer nada solo me queda rezar y quiero hacerlo en la Iglesia... por favor Juan quédate con Ángel...
J: está bien... yo me quedo aquí...
Gabriel sonrió y le dijo a Juan: gracias amigo...
Gabriel llegó a la Iglesia de San Sebastián y se encontró con el padre Abraham...
A: ¿otra vez por aquí?
G: sí padre... hoy se decide si Damián sale libre o no...
A: confía en que sucederá lo mejor para todos...
G: gracias padre, pero los nervios me matan y quiero rezar aquí... estar en la Iglesia me llena de paz...
A: te entiendo hijo... te dejo solo para que puedas rezar tranquilo...
Gabriel sonrió y se postró ante un Cristo, donde oró por largo tiempo... los minutos se volvieron horas...
G: Dios Mío... quiero poner mis problemas en tus manos, por favor que pase lo que tenga que pasar... lo que sea mejor para todos... lo que sea justo... tú sabes que en ningún momento quería provocar que los hermanos Montenegro terminaran enfrentados por mi culpa... yo nunca deseé que Lucio muriera... yo sólo quería ser feliz con Damián y con mi hijo, pero ahora sé que eso ya no es posible...
Unos pasos se escucharon en la Iglesia, pero Gabriel estaba ensimismado orando por lo que no hizo caso... fue hasta que alguien posó una mano en su hombro que Gabriel reaccionó y al alzar la cabeza vio de quién se trataba... los ojos del castaño se llenaron de lágrimas al ver a Damián parado frente a él...
Gabriel gritó de alegría: Damián, oh Damián ¿eres tú?... estás libre, libre... gracias a Dios que estás libre...
Con voz seria, Damián dijo: sí, estoy libre... el juez determinó que lo que pasó fue un accidente y me impuso una fianza... eso fue todo...
G: gracias a Dios... no sabes cuánto me alegra que no te hayan condenado...
Ambos se quedaron viendo en silencio y fue Gabriel quien preguntó: pero por qué estás aquí...
D: pues porque llegué a la casa buscándote y Juan me dijo que estabas en la Iglesia así que decidí venir a buscarte...
G: y para qué me buscabas...
D: cómo para qué... pues moría de ganas por verte... hace dos semanas que no te veía...
G: pero eso fue porque tú mismo le pediste a Tadeo que yo no fuera a verte...
D: así es... lo hice porque la cárcel no es un lugar agradable y no quería que me vieras ahí...
G: ¿es solo por eso o porque de alguna manera crees que yo soy culpable de lo que pasó?...
D: ¿cómo puedes pensar eso?... el menos responsable en todo esto eres tú... si alguien fue víctima de mi hermano y también de mí eres tú...
Gabriel comenzó a llorar: ¿de verdad piensas eso? ¿no me culpas de la muerte de tu hermano?
Damián limpió las lágrimas del castaño y dijo: por supuesto que no... yo te amo Gabriel... te amo más que a mi propia vida... en la cárcel sólo pensar en ti me daba ánimos para aguantar estar encerrado... por eso guardé esto, porque al verlo sentía que una parte de ti me acompañaba...
El rubio le mostró a Gabriel el crucifijo que Lucio le había arrancado...
G: ¿lo recogiste?
D: sí... este crucifijo siempre ha estado en momentos importantes... una vez me dijiste que Juan te lo había regalado, después yo lo arreglé y te lo volví a dar... ahora quiero que vuelvas a tenerlo...
Damián le puso el crucifijo en el cuello de Gabriel y este sonrió...
D: Gabriel, mi Gabriel... luces tan lindo... en verdad pareces un ángel... nunca me cansaré de decir que fuiste el ángel que me salvó...
G: yo no soy ningún ángel... soy tan humano como tú...
D: pues para mí sí lo eres... me has dado los mejores regalos, un hijo, otro más que viene en camino y lo principal tu amor...
Gabriel no contestó solo agachó la cabeza sonrojado...
Damián le tomó por el mentón y le dijo: mi Gabriel ya no hay nada que nos separe por eso aquí, en este lugar sagrado y frente a Dios quiero pedirte que te cases conmigo... quiero unir tu vida a la mía para que nunca nadie pueda separarnos...
Los ojos de Gabriel se abrieron enormemente ante la petición de Damián...
G: ¿qué? ¿Damián hablas en serio?
D: jamás he hablado más en serio en mi vida... quiero casarme contigo... ¿qué me respondes?
Gabriel dudó de su respuesta, pero al ver la mirada de Damián comenzó a hablar firmemente: ahhh pues antes de darte una respuesta quiero decirte algo...
D: te escucho...
G: yo nunca pensé estar en esta situación... desde niño soñé con ser sacerdote y llegué a este pueblo con la firme convicción de servir a Dios como un misionero de su palabra... pero en esta Tierra te conocí y aunque en un inicio no nos llevamos bien, poco a poco fui conociendo tu interior... con tus actos y tus palabras empezaste a ganar mi corazón... pero yo me resistía porque en esos momentos creía que amarte era un pecado, que con quererte traicionaba a Dios... sin embargo finalmente comprendí que cuando hay verdadero amor entre dos personas Dios está en medio de ellos y así es como ahora lo siento... creo que sin necesidad de casarnos tú y yo ya hemos sido bendecidos... pero si tú en verdad quieres solidificar esta relación con una boda yo no puedo decirte más que... sí, acepto casarme contigo...
Damián sonrió feliz de la respuesta y abrazó a Gabriel cargándolo lleno de felicidad...
D: te juro que no te arrepentirás... voy hacerte muy feliz Gabriel... voy a ser el hombre que tú te mereces...
G: ya lo eres Damián...mi Damián...
D: Gabriel, mi Gabriel...
El rubio besó apasionadamente al castaño que correspondió a la caricia...
De pronto Gabriel se separó: Damián, estamos en la Iglesia... debemos tener más respeto...
D: jajaja... y no se supone que Dios es amor... pues lo que hay entre nosotros es amor... te amo...
G: y yo a ti... te amo...
Damián y Gabriel se dieron otro beso, esta vez cargado de ternura... ambos habían recorrido caminos muy distintos pero la vida los había unido para enseñarles distintas lecciones, la más importante de ellas aprender a amar... después de muchos contratiempos finalmente estaban juntos entendiendo que amar nunca es un pecado sino la más grande bendición...
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