16.- El infierno de los celos


En un cuarto del hospital de Tierra Caliente, Tadeo confesaba la verdad de su origen a Gabriel Santos.
G: ¿qué dices?
T: sí, como escuchó joven Gabriel... este niño es mi hermano porque yo también soy hijo de Damián Montenegro...
G: pero... eso no puede ser... tú tienes casi la misma edad que yo...
T: lo sé... mi padre... el señor Damián me concibió cuando tenía 13 ó 14 años... en ese entonces mi madre también era muy joven...
G: ¿tu madre?
T: sí... ella se llamaba Ruth y trabajaba en la Hacienda Montenegro, era de origen humilde y por eso don Damián se aprovechó de ella...
G: ¿quieres decir que Damián abusó de tu mamá?
T: no, eso no... mi madre se enamoró de él y se entregó por su voluntad... sin embargo ella no representaba nada en la vida del patrón, después de todo él aún era muy joven y mi madre, una simple sirvienta...
Por los ojos del rubio salían lágrimas y Gabriel no sabía qué decir, pues estaba atónito ante lo que escuchaba.
T: no sé por qué le estoy diciendo todo esto... será mejor que me vaya...
G: no, por favor Tadeo... si ya comenzaste a hablar termina por favor... quiero saberlo todo... ¿por qué Damián no sabe que tú eres su hijo? ¿acaso nunca supo de tu existencia?
T: por supuesto que lo supo... mi madre le dijo que estaba esperando un hijo y él sin ningún miramiento la echó de la Hacienda... le dio una cantidad de dinero y le pidió que nunca volviera... a mi madre no le quedó más que regresar a la casa de mis abuelos para tenerme...
G: ¿Damián hizo eso?
T: le sorprende porque sé que usted cree un buen hombre al señor Damián, después de todo es el padre de su hijo...
G: no es eso... es que alguna vez yo le pregunté a Damián si él tenía más hijos y me aseguró que no... además se emocionó tanto al saber que tendría un hijo que eso me hizo suponer que era el primero que tendría... yo sé que Damián no es una blanca paloma, pero lo que me dices me resulta difícil de creer...
T: le estoy diciendo la verdad... mi madre no tenía por qué mentir... ella me dijo que la echaron de la Hacienda cuando se enteraron de su estado... Damián Montenegro la corrió...
G: ¿y qué pasó con ella? ¿dónde está tu madre ahora?
Tadeo calló por un momento y respondió: ella murió hace varios años... nunca se casó, se dedicó sólo a mí... por eso en su lecho de muerte le juré que me vengaría del hombre que la hizo sufrir... esperé unos años planeando cómo vengarme de Damián Montenegro y finalmente decidí a presentarme en la Hacienda...
Gabriel se sorprendió al escuchar esa declaración: entonces ¿tú quieres hacerle daño a Damián? ¿a tu propio padre?
T: esa era mi intención cuando llegué... pero cuando lo conocí, él se portó tan amable conmigo... pensé que me encontraría con un hombre de mala entraña y fue tan diferente... él me brindó su apoyo... me dio su confianza y me hizo su amigo... por eso cuando Lucio Montenegro me pidió que lo ayudara para estafar a su hermano no pude hacerlo... aunque sé que debo odiarlo por lo que le hizo a mi madre... yo debo odiarlo, pero no puedo...
Los puños de Tadeo se cerraron y de sus ojos brotaba un llanto de impotencia y amargura.
Con cuidado, Gabriel se levantó de su cama y poco a poco se acercó al joven rubio y le dijo: tú no puedes odiar a Damián, no puedes odiarlo...
T: ¿porque es mi padre?
G: no, no puedes odiarlo porque eres un buen hombre... tu corazón está lleno de bondad y no te permite odiar a quien se ha portado bien contigo...
T: pero es que le prometí a mi madre que...
Gabriel calló la boca de Tadeo: no lo digas... no te atormentes con algo que ya está en el pasado... no permitas que tu corazón se llene de odio porque eso sólo te traerá amargura y dolor... y estoy seguro que eso no le gustaría a tu mamá...
T: entonces ¿qué debo hacer?
G: debes decirle la verdad a Damián... debes confesarle que eres su hijo...
T: no... eso no... no puedo hacer eso...
G: ¿por qué no?
T: porque no quiero y le pido que no lo haga... yo le confesé todo esto en un momento de debilidad... porque sentía que me ahogaba al guardar este secreto, pero le suplico que no diga nada...
G: tranquilo que yo ni diré nada... pero quiero que pienses que así como te desahogaste conmigo, cuando digas toda la verdad, te sentirás aún mejor... piensa en eso por favor Tadeo...
El joven rubio vio fijamente a los ojos de Gabriel y encontró tanta sinceridad en ellos que dijo: ahora entiendo por qué mi padre lo ama y por qué Juan habla tan bien de usted, porque es un verdadero ángel...
G: no lo soy... pero quiero que a partir de ahora me veas como un amigo y me tutees... yo no soy tan mayor y no me gusta que me hables de usted...

yo no soy tan mayor y no me gusta que me hables de usted

Tadeo sonrió: está bien Gabriel... ¿podría darte un abrazo?
G: claro que sí...
Tadeo abrazó fuertemente a Gabriel sintiendo la calidez y tranquilidad que emanaba el joven que dio a luz a su hermanito. 
En ese momento, la puerta se abrió y Damián entró... de inmediato Tadeo se separó de Gabriel.
D: ¿qué pasa?
G: nada, Tadeo me estaba felicitando por el pequeño Ángel ¿verdad?
T: así es... muchas felicidades Gabriel y con su permiso patrón...
El joven rubio salió de la habitación y Damián miró inquisidoramente a Gabriel.
D: ¿en verdad no pasa nada?
G: ¿qué podría pasar?
D: pues es que no entiendo por qué Tadeo tiene que abrazarte tan efusivamente...
G: ya te dije que me estaba felicitando... eso es todo...
Damián no preguntó más, pero presentía que Gabriel le estaba ocultando algo.
**********
En otro lugar del hospital, un doctor le entregaba los resultados de sus análisis a Juan.
En otro lugar del hospital, un doctor le entregaba los resultados de sus análisis a Juan

J: ¿qué es lo que tengo doctor? dígame...
Doctor: tus sospechas son ciertas muchacho... estás esperando un bebé...
Al oír el diagnóstico, las lágrimas comenzaron a salir de los ojos del castaño... su más grande temor era realidad... finalmente la semilla de Bruno había germinado en su interior y lo había preñado.
Doctor: por tu reacción veo que no es una buena noticia, pero tómalo con tranquilidad... en tu estado debes mantener la calma...
J: gracias doctor y con permiso...
Juan salió del consultorio para poder dar rienda suelta a su dolor... se sentía tan mal y no era un malestar físico sino del alma... no podía imaginar dar a luz al hijo de un hombre que sólo lo ha usado para su placer.
**********
En la Hacienda Montenegro, Lucio entró a las caballerizas y ordenó: Bruno ensilla mi caballo que quiero salir a montar...
El capataz ni siquiera se movió, estaba absorto en sus propios pensamientos.
Con voz más fuerte, Lucio dijo: ¿no me escuchas Bruno? te ordené que ensilles mi caballo...
B. ah, perdón patrón... no lo escuché, disculpe...
no lo escuché disculpe

L: jummm... veo que andas muy distraído... ¿por qué? ¿qué diablos te pasa?
B: no me pasa nada patrón...
L: ¿estás seguro? porque no quiero que andes cometiendo tonterías por andar pensando en quién sabe qué...
B: pues la verdad es que ando encabronado porque desde que el sacristán está en el hospital, Juan ni siquiera ha venido por acá...
L: ándale, ya salió el peine... la verdad es que no creí que ese muchachito te importara tanto...
B: y así es patrón... pero es que en ese hospital también está el güerejo ese del Tadeo y no me gusta que me pedaleen la bicicleta...
L: jajajajajaja... por favor Bruno... no seas ridículo... ahora resulta que estás celoso...
B: no es eso patrón, es que...
L: mira, no me interesan tus problemas sentimentales y no te preocupes que seguramente Juan va regresar junto con mi hermano y Gabriel... sólo aguántate las ganas un poco más...
B: así será patrón...
L: y una cosa más... será mejor que tengas cuidado no sea que Juan te salga con una sorpresa como Gabriel le hizo con mi hermano...
B: no patrón... eso no me va pasar y si resulta que Juan tiene premio yo me encargaré de deshacerme del estorbo...
L: ese es asunto tuyo... sólo asegúrate de que esta vez sí resulte... y ensilla de una vez mi caballo que tengo prisa...
B: como ordene patrón...
**********
Entre tanto en el cuarto de Gabriel, el joven notaba extraño a Damián que no dejaba de observarlo a él y a su hijo.
G: ¿te pasa algo Damián?
D: no... ¿por qué lo preguntas?
G: pues porque estás extraño... lo que sea dímelo...
D: está bien, te lo voy a preguntar otra vez... ¿qué tomaste para abortar al niño, Gabriel?
G: ya te dije que nada... lo único que bebí fue una limonada que preparó Juan y él no sería capaz de hacerme daño... o ¿tú desconfías de Juan?
D: de quien desconfío es de ti...
G: ¿qué quieres decir?
D: que quiero saber si tú tomaste algo para deshacerte del niño

D: que quiero saber si tú tomaste algo para deshacerte del niño...
G: ¿me crees capaz de hacer algo contra mi propio hijo?
D: sí, después de todo tú no lo quieres porque representa un obstáculo en tu sueño de ser sacerdote, además de odiarlo porque lleva mi sangre...
Con lágrimas en los ojos, Gabriel respondió lleno de rabia: eres un idiota Damián... este niño no tiene la culpa de nada y si alguien ha sido un obstáculo en mi sueño, ese eres tú...
Damián se sorprendió por la reacción de Gabriel.
G: tú que no has hecho más que fastidiarme la vida desde que te conocí... pero este niño es un inocente y aunque es fruto de uno de los actos más bajos que he vivido después de todo es mi hijo, me escuchas, MI HIJO...
Sin aguantar más, Gabriel rompió en llanto conmoviendo al león que se sintió culpable.
Damián intentó acercarse para consolarlo, pero en ese momento alguien tocó a la puerta... rápidamente Gabriel se limpió las lágrimas y Juan se asomó.
J: ¿puedo pasar?
G: claro que sí Juan... pasa por favor...
Juan sintió el ambiente raro y preguntó: ¿no los interrumpo?
G: no, de hecho Damián ya se va...
El rubio entendió la indirecta y dijo: así es, Juan quédate con Gabriel... yo regreso en un rato...
Damián salió de la habitación y Juan se percató de los ojos rojos de Gabriel.
J: ¿pasa algo Gabriel?
G: no pasa nada... ¿quieres cargar a Ángel?
J: ¿Ángel?
G: sí, así se llama mi bebé... vamos cárgalo....
Con cuidado, Juan tomó al pequeño en sus brazos sintiendo un golpe fuerte en su pecho, pues dentro de él también crecía un nuevo ser.
G: ¿verdad que es muy lindo?
J: s-sí... e-está he-hermoso...
Gabriel percibió el nerviosismo de Juan y le preguntó: ¿qué tienes Juan? estás extraño...
Por un instante, el joven sirviente pensó en revelarle la verdad a su amigo, pero decidió no involucrarlo más en sus problemas.
J: no me pasa nada... es que pensaba en cómo debes sentirte después de tener a tu hijo...
G: es una experiencia maravillosa... algo que creí jamás vivir... sin embargo aunque me duela debo cumplir con el trato...
J: ¿el trato? ¿de qué hablas?
G: de que yo no veré crecer a este niño...
J: ¿por qué no?
G: porque así lo acordé con Damián... él se quedará con el niño y yo continuaré con mi sueño de servir a Dios...
J: pero Gabriel... ¿serás capaz de abandonar a tu hijo?
G: sé que al lado de Damián no le va faltar nada...
J: le faltará tu amor...
G: por favor Juan... no me confundas más... entiende que yo no puedo quedarme con él porque eso significaría vivir atado a Damián y yo no puedo estar al lado de un hombre como él...
J: pero Gabriel, el señor Damián te quiere... debiste verlo cómo se puso cuando estuviste mal... estaba como loco, estoy seguro que le importas mucho...
G: no Juan... a él lo único que le importaba es que este niño naciera, no yo...
J: pero es que...
G: Damián me acaba de demostrar lo que piensa de mí... me cree capaz de un acto ruin y si piensa mal de mí es porque no me conoce, entonces no puede quererme...
Juan decidió no insistir y le devolvió el niño a Gabriel... observó cómo su amigo tomaba con gran ternura al pequeño Ángel y pensó que en unos meses, él también estaría viviendo la misma situación.
**********
Los días pasaron y Gabriel regresó a la Hacienda Montenegro... su relación con Damián era indiferente, pues aunque el rubio intentaba acercarse, el joven no se lo permitía encontrándose dedicado al cuidado de su bebé.
Lucio no soportaba ver a Gabriel cargando al hijo de su hermano, por lo que prefería alejarse del muchacho aunque dentro de él seguía buscando la manera de acabar con esa relación.
En su cuarto, Gabriel observaba al pequeño Ángel, que dormía en su cuna cuando escuchó que alguien tocó a la puerta.
G: Adelante...
Tadeo entró saludando al joven: buenas Gabriel, ¿cómo estás?
G: Bien Tadeo, gracias... tenía varios días de no verte...
T: es que he tenido mucha chamba, el patrón me trae de arriba a abajo, por eso ahora que pude me di una escapada para ver a...
G: ¿a tu hermano? eso es lo que es Ángel, tu hermano...
T: por favor, no lo repitas... prometiste que no dirías nada...
G: y he cumplido, pero Tadeo entiende que debes decirle la verdad a Damián... es lo más justo para todos...
T: pero es que no creo que sea bueno hacerlo...
G: te aseguro que sí...
T: ¿y si no me cree? ¿y si me rechaza?
G: todas esas dudas las despejarás cuando se lo digas... habla Tadeo, di la verdad...
Gabriel se acercó a Tadeo mirándolo con sus profundos ojos negros y colocó su mano en la mejilla del joven rubio, quien sintió la calidez de esa caricia fraternal.
En ese momento, Damián entró sin pedir permiso y encontró a ambos en esa escena... rápidamente, Gabriel retiró su mano.
D: ¿Tadeo? ¿qué haces aquí?
T: ehhhh... pues pasé para ver si no se le ofrecía algo al joven Gabriel...
G: así es, Tadeo vino a eso y también a visitar a Ángel...
D: pues creo que tienes muchas otras cosas que hacer Tadeo... si a Gabriel se le ofrece algo para eso está Juan...
T: sí patrón, disculpe, ahora continúo con mi trabajo... con su permiso joven Gabriel...
Tadeo salió rápidamente de la habitación y Damián miró inquisidoramente a Gabriel... sin decir nada, salió del cuarto y alcanzó a Tadeo en las escaleras.
D: Tadeo, espera... quiero que me digas qué estabas hablando con Gabriel...
T: ya se lo dije... sólo quería saber si se le ofrecía algo...
D: ¿estás seguro que sólo es eso?
T: por supuesto que sí patrón... ¿le molesta que yo platique con el joven Gabriel?
D: no es que me moleste, pero es que me sorprende que tú y él sean tan amigos...
T: no somos amigos, sólo hemos platicado un par de veces, pero creo que él es una persona maravillosa...
Ese último comentario molestó a Damián y con voz firme dijo: mira Tadeo voy a pedirte que te dediques a hacer tu trabajo que para eso te pago... ver si a Gabriel se le ofrece algo o no es asunto mío que para eso soy su marido ¿entendiste?
T: sí patrón... entendí perfectamente...
Tadeo bajó las escaleras y salió de la casa

Tadeo bajó las escaleras y salió de la casa... Damián continuó con sus actividades sin darse cuenta que Lucio escuchó toda la conversación y sonrió maliciosamente.
**********
En la cocina, Juan preparaba los alimentos de Gabriel cuando al estar partiendo una cebolla sintió náuseas y suspendiendo lo que hacía fue por un vaso de agua.
Mientras bebía, el castaño fue tomado bruscamente por Bruno, quien pegándose a su cuerpo le susurró: hasta que te encuentro palomita... has estado escapando de mí, pero te necesito más que nunca, ando bien caliente...
J: suéltame Bruno, suéltame...
B: ¿por qué te haces el difícil? estoy seguro que tú también quieres lo mismo... hace mucho que no te chingo y ya debes tener comezón en tu culito...
J: eres un cerdo Bruno... no quiero que vuelvas a tocarme...
B: estás muy envalentonado porque te defiende el sacristán, pero él ahora está ocupado cuidando a su "hijito"... y tú vas a venir conmigo porque ya tengo los huevos llenos de leche y tú me vas a servir para deslecharme...
El capataz comenzó a jalonear a Juan para sacarlo de la cocina, pero el chico logró tomar el cuchillo y firmemente amenazó a Bruno.
J: te dije que me sueltes, si no lo haces te juro que te entierro este cuchillo, te lo juro Bruno...
B: ja, de cuándo acá me saliste tan valiente, si tú no eres capaz ni de matar a una mosca...
J: pues ahora sí lo soy... porque ahora tengo un motivo para ser valiente, un motivo para no dejar que me lastimes...
Bruno se sorprendió por la respuesta y preguntó: ¿cuál es ese motivo Juan? ¿de qué motivo hablas?
Juan se mordía los labios para no decirle que estaba esperando un hijo, pero sabía que si lo hacía, el capataz tendría más derechos sobre él.
B: contesta Juan... dime de qué motivo hablas...
La pelea fue interrumpida por la entrada de Lucio que con voz autoritaria dijo: ¿qué pasa aquí?
Bruno soltó rápidamente a Juan que salió corriendo de la cocina.
Lucio vio molesto a su capataz que de manera nerviosa preguntó: ¿se le ofrece algo patrón?
L: sí... se me acaba de ocurrir una muy buena idea para acabar con la felicidad de mi hermanito y tú me tienes que ayudar...
B: ¿le tengo que ayudar?
L: sí... porque a ti también te conviene...
B: no le entiendo patrón...
L: es que si mi plan resulta, mataríamos dos pájaros de una pedrada... destruiría la relación de mi hermano con Gabriel y también nos desharíamos de Tadeo...
El capataz sonrió malignamente al escuchar el plan de Lucio.
Pasaron tres días y Gabriel cargaba a su bebé cuando alguien tocó a su puerta

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Pasaron tres días y Gabriel cargaba a su bebé cuando alguien tocó a su puerta... dejó al niño en la cuna y se asomó para ver de quién se trataba pero no había nadie, sólo estaba una carta.
El joven abrió el sobre y leyó lo que decía el papel.
"Gabriel, necesito hablar contigo, es urgente, te espero a la medianoche en las caballerizas, por favor no faltes. Tadeo"
El joven se sorprendió por esa carta, pero supuso que Tadeo necesitaba hablar sobre su secreto, por lo que decidió acudir a la cita.
**********
Entre tanto, Damián regresaba luego de montar y se encontró en las caballerizas con Bruno.
B: buenas joven...
D: quihubo Bruno... desmonta mi caballo por favor...
B: claro que sí joven... supongo que viene a buscar a su mano derecha...
D: ¿a Tadeo?... no, él se encuentra haciendo una diligencia...
B. ahhhh, es que como últimamente no sale de la casa...
D: ¿qué quieres decir Bruno?
B: no, yo nada patrón... sólo que no debería confiar tanto en algunas personas...
D: mira Bruno, si lo que quieres es intrigar contra Tadeo, de una vez te digo que no va funcionar...
B: no, si no es de Tadeo de quien le digo que desconfíe...
D: entonces ¿de quién?
B: mejor no me haga caso y olvide lo que le dije...
D: habla de una vez Bruno o quieres que te obligue a hacerlo...
B: pues yo sólo sé lo que he visto...
D: y ¿qué has visto?
B: que varias noches, Tadeo y el joven Gabriel se encuentran en las caballerizas...
El rostro de Damián cambió al escuchar aquella infamia: ¿qué diablos dices?
Bruno afirmó socarronamente: lo que escucha patrón... con mis propios ojos he visto a los dos entrar a las caballerizas como a eso de la medianoche... no sé qué harán, igual y usted si sabe...
Damián se abalanzó sobre Bruno y tomándolo por la camisa le preguntó: júrame que estás diciendo la verdad porque si mientes te juro que te mato...
B: se lo juro patrón, yo le estoy diciendo la verdad, pero si no me cree usted puede comprobarlo al fin que seguramente seguirán encontrándose...
D: mientes desgraciado, mientes...
Lucio entró a la caballeriza intempestivamente: ¿qué está pasando?
Damián soltó a Bruno y dijo: no pasa nada hermano, no pasa nada...
El rubio salió sin poder ocultar su coraje y Lucio cuestionó a Bruno: ¿le dijiste todo como te lo pedí?
B: sí patrón, pos porque cree que nos encontró así... aunque dudo que su hermano haya creído todo...
L: eso no importa... lo que importa es que sembraste la duda y conozco muy bien a mi hermano, la duda le comerá el alma y esta noche él va comprobar que lo que le dijiste es verdad...
**********
La noche cayó en Tierra Caliente y Damián observaba que Gabriel acostaba tiernamente a su hijo en la cuna... después, el joven se metió en la cama para dormir.
después, el joven se metió en la cama para dormir

D: Gabriel, quiero hablar contigo...
G: te escucho...
D: quiero que me perdones... fui un idiota por pensar que tú podrías hacer algo contra nuestro hijo, pero es que...
G: no hablemos más de eso por favor... yo ya me di cuenta que tú no sabes la clase de persona que soy y no me interesa demostrártelo...
D: por favor Gabriel, sé que te lastimé, pero ya sabes que yo...
G: ¿que tú qué? ¿que desconfías de mí?... mira Damián, no quiero discutir más...
D: parece que a ti no te interesa arreglar las cosas conmigo...
G: efectivamente, ya no me interesa...
Gabriel se acostó y se cubrió completamente con la colcha dando por terminada la conversación... molesto Damián no insistió, pero apretó sus puños lleno de rabia.


Los minutos pasaron y cuando faltaba muy poco para la medianoche, Gabriel se levantó de la cama y sigilosamente caminó hacia la puerta del cuarto... con cuidado de no hacer ruido abrió la puerta y salió... lejos estaba de imaginar que Damián estaba despierto y se dio cuenta de su escapada.
lejos estaba de imaginar que Damián estaba despierto y se dio cuenta de su escapada

Gabriel llegó a la caballeriza y entró... vio que alguien estaba ahí, se trataba de Tadeo, quien lo observó con mirada sorprendida.
G: Tadeo ¿qué pasa? ¿por qué me citaste aquí?
T: ¿citarte? no entiendo... fuiste tú quien me mandó una carta donde me pedías que viniera aquí urgentemente...
fuiste tú quien me mandó una carta donde me pedías que viniera aquí urgentemente

G: pero eso no puede ser... yo también recibí una carta de tu parte...
T: esto está muy raro...
En ese momento, apareció inesperadamente Damián Montenegro, quien con mirada llena de rabia los observaba a los dos.
D: así que era cierto... así que mi dulce "esposa" se encuentra con su amante en las caballerizas de mi hacienda...
Muy sorprendido, Gabriel dijo: ¿de qué hablas Damián? déjame explicarte...
Con voz fuerte, Damián vociferó: no tienes nada qué explicarme, para mí todo está muy claro, por eso ya no quieres nada conmigo, claro si ya tienes a quien te satisfaga...
Tadeo intervino: don Damián, por favor, no es lo que está pensando...
D: tú cállate... miserable traidor... eres un perro que muerde la mano de quien le da de comer... pero como un perro te voy a sacar de aquí maldito...
Damián se abalanzó sobre Tadeo para golpearlo, pero Gabriel se interpuso entre ellos.
G: no Damián, no le pegues, no lo hagas...
Furioso, el rubio gritó: ¿lo defiendes?... eres un descarado, no te importa defender a tu amante frente a mí...
Gabriel alzó la voz: Tadeo no es mi amante, te lo juro... no le pegues, no debes hacerlo...
Damián sacó de en medio a Gabriel y le dijo: no sólo voy a pegarle, lo voy a matar para que veas lo que le pasa a quienes me traicionan...
Gabriel cayó en la paja y vio que lleno de ira, Damián tomó por el cuello a Tadeo que no hacía nada por defenderse.
Gritando, Gabriel dijo: nooooooo... Damián suéltalo... no le hagas daño, por favor, te vas arrepentir...
D: ahora verás cómo mato a tu amante...
Tadeo comenzó a sentir la falta de aire ante el fuerte agarre de Damián.
G: noooo Damián... suéltalo, no puedes matarlo, no puedes porque... ¡TADEO ES TU HIJO!
Continuará...

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