13.- Regreso al infierno


¡Bienvenidos a Tierra Caliente!... eso decía el letrero que Gabriel Santos pensó que no volvería a ver.
Cuando salió de ese pueblo se juró a sí mismo que jamás regresaría, sin embargo la situación había cambiado... ahora regresaba embarazado de 8 meses y a bordo de la camioneta de Damián Montenegro... ninguno de los dos hablaba... la tensión se sentía en el aire.
Cuando Gabriel vio la Hacienda Montenegro, los nervios lo invadieron... pensaba si había tomado la decisión correcta al acceder a la propuesta de Damián, una propuesta que podía resultar descabellada, pero todo lo que le había pasado desde que conoció a ese hombre no era normal ¿por qué su decisión habría de serlo?
Pese a todo, el joven sabía que dentro de ese lugar estaba Lucio Montenegro, el hombre que intentó violarlo.
"Dios Mío... no me estaré metiendo yo mismo a la cueva del lobo", pensó Gabriel.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por el rubio que dijo: llegamos, por fin estamos en la Hacienda...
Damián se bajó rápidamente de la camioneta y corrió a abrirle la puerta a Gabriel... el vehículo era muy alto y el barbado no quería que su invitado fuera a sufrir un accidente por lo que ayudó al joven a descender.
Ante la cercanía de los cuerpos, el mayor sintió el nerviosismo de Gabriel y preguntó: ¿estás nervioso?
G: yo... no estoy seguro de haber tomado la decisión correcta al venir acá...
D: pues ya es tarde para arrepentirse ¿no crees?
Gabriel no contestó nada.
D: además no tienes nada que temer... tú eres mi invitado y llevas a mi hijo dentro de ti, esa es razón suficiente para que todos te respeten y yo me encargaré de que así sea...
Momentos después, ambos entraron a la casa y para sorpresa de Gabriel, la primera persona a la que vio era a quien menos deseaba encontrar, Lucio Montenegro, que se encontraba parado en las escaleras.
La mirada del pelinegro no pudo ser más amenazadora para el joven, quien se sintió intimidado pues estaba entrando en terrenos peligrosos y ajenos.

la mirada del pelinegro no pudo ser más amenazadora para el joven, que se sintió intimidado pues estaba entrando en terrenos peligrosos y ajenos

Damián sonrió orgulloso al ver a su hermano y dijo: buenas, Lucio, ya estoy de regreso y traigo a un invitado, bueno en realidad a dos...
Con voz seria, Lucio se dirigió a su hermano menor: no entiendo... ¿qué significa esto?
D: significa que a partir de hoy, Gabriel va vivir en esta casa... la razón es muy simple, está esperando un hijo mío...
Al escuchar esas palabras, Lucio no puedo evitar mostrar un gesto de molestia y conteniendo su rabia preguntó: ¿un hijo tuyo?
D: así es hermano... vas a ser tío ¿no te da gusto?
L: no digas tonterías Damián... además qué te asegura que ese niño sea tuyo...
Gabriel iba contestar, pero Damián habló con voz recia: es mi hijo, estoy seguro de eso y no voy a permitir que ofendas a Gabriel con tus insinuaciones...
L: perdóname por dudar, pero es que yo no confiaría tanto en las palabras de un sacristán preñado...
D: Gabriel no es más un sacristán, es mi pareja y será la madre de mi hijo... a cualquiera que lo ofenda o intente hacerle daño lo mato...
El joven castaño se sorprendió al escuchar esas palabras del rubio.
Lucio sonrió y dijo: muy bien hermanito, haz lo que quieras, esta también es tu casa, sólo te pido que después no vayas a traer a vivir al padre Abraham... esta es una hacienda no un refugio para religiosos hipócritas...
El pelinegro continuó su camino y salió de la casa sin decir más.
Gabriel se sentía apenado por la incómoda situación, pero Damián le dijo: vamos a tu recámara, debes estar cansado por el viaje y no quiero que eso vaya afectar a mi cachorro...
El rubio tomó la maleta de Gabriel y condujo al chico hacia su habitación.
**********
Lucio llegó hasta las caballerizas y tomando un fuete comenzó a pegarle a la pared... estaba lleno de furia, no podía creer que eso estuviera pasando... Gabriel, el sacristán que él tanto había deseado sin conseguirlo, ahora viviría bajo su mismo techo, pero sería como un fruto prohibido, pues estaba preñado por su hermano menor, ni en sus peores pesadillas se habría podido imaginar ese escenario.

Gabriel, el sacristán que él tanto había deseado sin conseguirlo ahora viviría bajo su mismo techo, pero sería como un fruto prohibido, pues estaba preñado por su hermano menor, ni en sus peores pesadillas se habría podido imaginar ese escenario

El pelinegro golpeaba tan fuerte la pared, que el ruido no pasó inadvertido por Bruno, que entró a la caballeriza y encontró a su patrón desquiciado por la ira.
B: ¿qué pasa patrón? ¿qué le ocurre?
Con voz furiosa, Lucio contestó: regresó, él regresó y está preñado...
B: ¿de quién habla patrón?
L: de una mosca muerta que me hizo creer que era un santo y no era más que una zorra...
B: no lo entiendo patrón...
L: Gabriel Santos, el sacristán, regresó... está de nuevo en Tierra Caliente y resulta que está preñado... sí así como lo oyes, está esperando un hijo de Damián... ese maldito logró lo que yo no pude, follarse al sacristán...
Bruno no entendía claramente, pero sabía que todo lo que se refería a Gabriel Santos afectaba a su patrón.
**********
Gabriel entró a uno de los cuartos de la Hacienda seguido de Damián y vio el enorme cuarto que habitaría.
D: pues aquí será dónde dormirás... puedes acomodar tus cosas en ese ropero...
El joven no contestó.

D: ¿qué pasa? ¿no te gusta el cuarto?G: no es eso, es que creo que no debí haber venido

D: ¿qué pasa? ¿no te gusta el cuarto?
G: no es eso, es que creo que no debí haber venido...
D: ¿vas a empezar otra vez con tus arrepentimientos?
G: ¿es que no te das cuenta?... Lucio no me quiere aquí y él es un hombre peligroso, tengo miedo de que pueda hacerme algo...
D: si Lucio te quiere aquí o no, ese es asunto suyo... yo también soy dueño de esta Hacienda y por eso te traje aquí... además escuchaste lo que le dije... no voy a permitir que nadie te haga daño, ni a ti ni a mi hijo, confía en mí Gabriel...
G: es que no sé si pueda estar aquí mucho tiempo...
D: quedamos que te quedarías hasta que el niño nazca... después podrás irte y ser un sacerdote como siempre has querido... no te llenes la cabeza con tonterías...
G: no lo sé Damián, no sé qué pensar...
D: mira, ya sé... voy a pedirle a Juan que te venga ayudar a deshacer tu maleta...
G: ¿Juan?
D: te brillan los ojos al escuchar su nombre... me gustaría que también te brillaran cuando...
G: ¿cuando qué?
D: olvídalo, voy avisarle a Juan que estás aquí... estoy seguro que también a él le dará mucho gusto...
En ese momento, Juan se encontraba en la cocina preparando una limonada, aunque su mente estaba ocupada en Tadeo, no dejaba de pensar en ese chico que lo defendió y que Lucio despidió... Damián entró a la cocina sorprendiendo al chico que no sabía de su llegada.
J: don Damián, ya regresó... qué gusto me da...
El rubio se sorprendió por las palabras del sirviente: y por qué te da tanto gusto...
J: porque usted tiene que saber lo que pasó en su ausencia...
D: y ¿qué pasó? Dime Juan...
J: pues... don Lucio despidió a Tadeo...
El semblante de Damián cambió inmediatamente: ¿qué? ¿pero por qué?
Temeroso, Juan le contó: por pegarle a Bruno... Tadeo casi lo mata, pero si lo hizo fue por defenderme... él no tiene la culpa, en todo caso el único culpable soy yo...
D: pues como hayan sido las cosas, Lucio no tiene por qué despedir a Tadeo, porque él trabaja para mí... no tiene ningún derecho...
J: ¿va hacer que Tadeo regrese?
D: sí...
J: pero desde que don Lucio lo corrió él no ha vuelto por acá...
D: yo sé dónde encontrarlo... pero ahora quiero que dejes de hacer lo que estés haciendo y quiero que subas a mi cuarto...
J: ¿a su cuarto? ¿para qué?
D: en mi cuarto está Gabriel...
Los ojos del chico se abrieron desmesuradamente al escuchar al rubio e incrédulo dijo: ¿Gabriel Santos?
D: sí... Gabriel Santos...
J: pero ¿por qué está aquí? no entiendo...
D: será mejor que él te explique... ahora haz lo que te digo...
Juan no terminó de escuchar la orden cuando salió corriendo de la cocina... subió las escaleras a toda prisa y llegó al lugar indicado... con temor de que fuera mentira abrió la puerta y finalmente vio a su gran amigo sentado en la cama.

con temor de que fuera mentira abrió la puerta y finalmente vio a su gran amigo sentado en la cama

Los ojos de Juan se llenaron de lágrimas al ver a su amigo y dijo: Ga... Gabriel ¿estás aquí? volviste...
Gabriel vio al joven sirviente y sonrió al notar la alegría que le daba al chico su regreso... Juan se acercó a Gabriel y le dio un fuerte abrazo que fue ampliamente correspondido... ambos lloraron por el reencuentro, pues aunque se conocían poco, las penas y el sufrimiento los unían.
J: me da tanto gusto verte Gabriel, pensé que nunca te volvería a ver...
G: a mí también me da mucho gusto verte... eres lo único bueno que me dejó este lugar...
Ambos sonrieron y Juan veía a su amigo incrédulo de tenerlo frente a él... fue hasta ese momento, que el chico se dio cuenta del abultado estómago de Gabriel.
Extrañado, Juan preguntó: Gabriel ¿tú estás...?
Agachando la mirada, Gabriel lo interrumpió: ¿embarazado?... sí Juan... estoy esperando un hijo...
El chico no podía creer lo que escuchaba: pero ¿cómo puede ser? se supone que tú vas a ser sacerdote ¿cómo...?
G: por favor Juan... no me preguntes los detalles ni me juzgues...
J: no, Gabriel... yo no soy quién para juzgarte... pero me sorprende mucho...
G: lo sé...
J: ¿cuántos meses tienes de embarazo?
G: casi 8...
J: ya te falta poco... pero y ¿qué haces aquí? ¿por qué te trajo de vuelta el señor Damián?
Nuevamente la vergüenza embargó al exsacristán: pues porque él... Damián es... Damián es el padre de mi hijo...
Los ojos de Juan se desorbitaron ante esa revelación: pero entonces tú y el señor Damián son...
G: él y yo no somos nada... sólo nos une este hijo...
J: discúlpame Gabriel, pero es que todo me parece tan increíble... que creo que estoy soñando...
G: no Juan... no es un sueño... siéntate y te voy a explicar todo...
Juan se sentó al lado de Gabriel, quien tuvo que inhalar fuertemente para poder contener el llanto y contarle a su amigo lo acontecido en su vida desde el día que Damián abusó de él en aquella cabaña.
**********
Mientras tanto en la posada de Tierra Caliente, Damián reía con Tadeo, luego que este le contara lo que pasó con Bruno.
D: jajajajajaja... así que le partiste la madre a Bruno... me da mucho gusto... mi hermano le ha dado demasiadas alas a ese capataz... no te creas, sé muy bien que yo tampoco le caigo bien y eso que soy uno de los dueños... por eso me da gusto que lo hayas puesto en su lugar...
T: pues a mí no me gusta pelear pero...
D: pues si te gustara pelear, matas a Bruno... pero bueno, si vine es porque quiero que regreses a la Hacienda...
T: ¿aunque su hermano me haya despedido?
D: Lucio no fue quien te contrató... sino yo y sólo yo puedo despedirte... si a Lucio no le queda claro voy a tener que recordárselo...
T: sí lo entiendo... pero pues Bruno ya me tiene entre cejas y...
D: ¿y qué? ¿no me dirás que le tienes miedo?
T: por supuesto que no...
D: bueno, entonces no se diga más... mañana regresas a la Hacienda... si quieres hoy descansa, pero eso sí mañana te quiero trabajando que necesito de tu ayuda para cuidar mis intereses...
T: está bien... mañana estaré de vuelta en la Hacienda... pero dígame cómo supo que me encontraría aquí...
D: bueno, en Tierra Caliente no hay muchos lugares donde hospedarse y sabía que no te irías del pueblo sólo porque mi hermano te corrió...
T: así es... pero no me diga que fue don Lucio o Bruno el que le dijo que me habían despedido...
D: no, quien me lo dijo fue Juan... él está muy preocupado porque mi hermano te corrió... parece que le agradas mucho a ese chico, bueno después de todo fue por él que te peleaste...
Tadeo bajó la mirada sin responder lo que Damián le decía y este sonrió notando la incomodidad del muchacho.
**********
En la Hacienda, Gabriel le había contado todo a Juan, quien consolaba a su amigo que lloraba por todo lo sucedido.
J: tranquilo Gabriel... piensa que vas a querer a ese niño con toda tu alma y bueno por lo menos don Damián lo quiere y no te negó su apoyo...
G: es que no sé si eso es bueno o no... yo no puedo confiar en Damián después de lo que me hizo...
J: te entiendo... Dios Mío ya se me hizo muy tarde y todavía tengo mucho quehacer... será mejor que me vaya o me regañarán... prometo venir a verte después...
G: está bien Juan... no quiero que tengas problemas por mi culpa... sólo quiero que sepas que cuentas conmigo, ahora ya no estás solo...
J: gracias Gabriel y tú también cuentas conmigo, para lo que quieras...
Juan salió de la habitación y Gabriel se quedó solo... instantes después tocaron a su puerta y pensó que era nuevamente su amigo.
G: adelante...
El joven se sorprendió al ver entrar a Lucio Montenegro... de inmediato se puso de pie y alerta... el hombre se acercaba mirándolo fijamente mientras que por la mente de Gabriel pasaron los momentos en que el pelinegro intentó abusar de él.
G: ¿qué está haciendo aquí? ¿qué quiere?
Lucio sonrió y dijo: no te espantes que no vengo hacerte nada...
G: entonces...
L: sólo vine a decirte que eres un espléndido actor... supiste fingir muy bien que eras un religioso muy devoto y de muchos principios cuando en realidad eres una puta disfrazada de virgen...
G: ¿cómo se atreve a decirme eso?
L: es lo menos que te mereces... conmigo no quisiste nada, pero sí te entregaste con mi hermano... qué pasa te dijeron que él es mejor amante que yo... por eso te entregaste a él... por eso te quedaste preñado de él...
G: no tengo porque escuchar sus insultos... largo de aquí...
L: te molesta escuchar la verdad y te atreves a echarme de mi propia casa...
G: esta también es casa de Damián...
L: y crees que también es tuya sólo porque estás preñado de él, pero yo no creo que ese niño sea un Montenegro... conociéndote estoy seguro que te has metido con quién sabe cuántos hombres más...
Herido en su orgullo, Gabriel le dio una bofetada a Lucio, quien furioso intentó devolverle el golpe pero se contuvo.
L: no te respondo como debiera porque sería buscarme un problema innecesario con mi hermano... pero una cosa si te digo no creas que ya conseguiste atrapar la fortuna de los Montenegro...
G: yo no busco ninguna fortuna...
L: ¿entonces estás aquí sólo por Damián?... por favor, no soy tan ingenuo, pero voy a decirte una cosa más, mi hermano es igual que yo y muy pronto te darás cuenta que él no es mejor que yo... pronto se cansará de ti y de tu hijo... no sería la primera vez o crees que eres el primero que Damián ha dejado preñado...
Gabriel no contestó ante las insinuaciones de Lucio y este salió de la habitación llevándose una sonrisa cínica... el chico se sentó en la cama y comenzó a llorar frustrado por las ofensas que le habían hecho.
**********
La noche cayó en Tierra Caliente y Damián regresó a la Hacienda... sin avisar entró al cuarto donde Gabriel estaba acostado con ropa de dormir y leyendo un libro.
G: me asustaste, por un momento pensé que era...
D: ¿quién?
G: no, nadie...
D: tuve que hacer varias cosas antes de regresar... ¿ya cenaste?
G: sí, Juan me subió algo de comer...

D: no tienes que estar encerrado todo el día aquí

D: no tienes que estar encerrado todo el día aquí... puedes bajar al comedor o donde quieras...
G: lo sé, pero aún no me adapto a este lugar...
D: te entiendo, es cuestión de tiempo...
G: además no me sentí muy bien...
D: ¿tienes algún malestar? ¿quieres que llame al médico?
G: no, sólo estoy cansado, supongo que es normal, después de todo ya casi tengo 8 meses...
D: sí, supongo que es normal... pero entonces no quiero que estés solo cuando yo no esté... voy a contratar a alguien para que esté contigo todo el día...
G: ¿cómo crees? yo no necesito eso... no tienes que contratar a nadie...
D: me sentiré más tranquilo... ya te dije que no quiero que a mi hijo ni a ti les pase nada malo...
G: pues no es necesario que contrates a nadie... puedes decirle a Juan que me acompañe...
El semblante del rubio cambió: ¿Juan?
G: sí, Juan... ¿no me dirás que sigues pensando que él y yo somos algo más que amigos?
D: no, claro que no...
G: pues ahí está... sólo con él me sentiré en confianza...
D: está bien, Juan te estará acompañando todo el tiempo...
Por primera vez, Gabriel sintió que Damián no imponía su voluntad y le concedía algo: gracias...
D: bueno, estoy cansado así que me voy a acostar...
Sorprendido, Gabriel vio que Damián se quitaba la camisa frente a él sin ningún pudor, dejando ver su musculatura y su pecho velludo.
Sonrojado, Gabriel dijo: ¿qué haces?
D: pues me quito la ropa para dormir, no acostumbro a dormir vestido...
G: pero desvístete en tu cuarto...
Damián sonrió y dijo: este es mi cuarto...
El joven se sorprendió y contestó: ¿qué? ¿pero no pensarás dormir conmigo?
D: claro que sí... se te olvida que le dije a Lucio que somos pareja... qué clase de pareja duerme en habitaciones separadas...
Gabriel se levantó de la cama y con voz firme dijo: pero tú sabes que eso no es cierto y si este es tu cuarto yo no dormiré aquí... no pienso permitirte que te acuestes conmigo en la misma cama...
Cínicamente, Damián dijo: ¿no me digas que me tienes miedo?
G: sí... tengo miedo que vuelvas hacerme daño como ese día en la cabaña...
El rubio vio que el temor se reflejaba en los ojos del más joven y comprendió que Gabriel le temía.
D: está bien, no dormiré en la cama contigo, pero sí me quedaré aquí... puedo dormir en el sillón... ¿está bien así?
Con mirada dudosa, Gabriel asintió.
D: generalmente duermo desnudo pero como no quiero quitarte el sueño, me quedaré en bóxer...

¿está bien así?Con mirada dudosa, Gabriel asintióD: generalmente duermo desnudo pero como no quiero quitarte el sueño, me quedaré en bóxer

Gabriel se cubrió con la sábana de pies a cabeza para no ver que Damián se quitaba los pantalones... el rubio sonrió al ver esa acción inocente e infantil.
Los minutos y las horas pasaron... desde el sillón, Damián observaba que Gabriel daba vueltas en la cama mostrándose inquieto, por lo que preguntó: ¿te pasa algo?¿te sientes mal?
G: no es nada, es sólo que aún no me acostumbro a estar aquí...
D: ¿es sólo eso? o hay algo más que quieres decirme...
Gabriel dudó en decirle a Damián sobre la visita que Lucio le había hecho a su cuarto, pero no quería tensar más el ambiente.
G: ya te dije que no me pasa nada...
D: está bien... si no quieres decírmelo supongo que no es importante...
G: bueno, sí hay algo que quiero preguntarte...
D: te escucho...
G: Damián, ¿tú tienes más hijos?
D: ¿por qué me preguntas eso?
G: pues porque sé que has estado con muchas mujeres y hombres...
D: con mujeres sí... tú eres el primer hombre que me ha interesado y creo que serás el único...
El joven se sonrojó al escuchar eso: pero no has contestado a mi pregunta...
D: pues no puedo asegurártelo... es verdad que me he acostado con muchas mujeres y aunque siempre he tomado precauciones, pero... pues digamos que hasta el momento ninguna se ha presentado a reclamarme nada...
G: entonces sí podrías tener algún hijo por ahí y no lo sabes...
D: la verdad no lo creo Gabriel, pero no entiendo por qué te preocupa eso...
G: no me preocupa... es sólo una duda... porque no entiendo por qué te interesa tanto quedarte con mi hijo si tú podrías concebir más...
D: pues será porque ese niño viene de ti...
G: ¿qué quieres decir?
D: que he estado con muchas mujeres, todas de dudosa reputación... pero contigo es diferente, a ti yo te desfloré, estoy seguro que en tu vida no ha habido más hombre que yo... quizás por eso siento que ese niño es más mío... porque tengo la certeza de que es mío...
G: ese es un pensamiento muy machista...
D: tú me preguntaste y yo te estoy respondiendo... lo siento si no te gusta lo que digo...
G: será mejor que me duerma...
D: hasta mañana Gabriel...
El joven no respondió, sólo se cubrió con la sábana y le dio la espalda al rubio para hundirse en un profundo sueño.
**********
Al día siguiente, Damián entró al despacho de Lucio para hablar con él.
L: ¿qué quieres? estoy ocupado...
D: sólo vengo a decirte que a partir de hoy, Tadeo vuelve a trabajar en la Hacienda para mí...
L: ¿cómo dices? eso no puede ser, yo lo despedí...
D: sí, lo sé... pero es que a Tadeo sólo puedo despedirlo yo porque fui yo quien lo contrató...
L: ah y ¿entonces tú puedes meter delincuentes a la Hacienda?
D: Tadeo no es ningún delincuente...
L: claro que lo es... ¿no has visto cómo golpeó a Bruno? casi lo mata...
D: Bruno lo ofendió primero... Tadeo tenía que defenderse...
L: pues no estoy de acuerdo... es injusto que pongas a ese muchacho por encima de Bruno que ha trabajado con nosotros tantos años...
D: me sorprende que defiendas tan acaloradamente a tu capataz... no será más bien que lo que no quieres es que Tadeo siga trabajando para mí...
L: no digas tonterías... a mi ese tipo me da igual...
D: no hermano... ¿crees que no me he dado cuenta que no lo soportas?... desde el primer momento no querías que él estuviera aquí... ¿por qué Lucio? ¿por qué te resulta tan desagradable?
L: esas son suposiciones tuyas... el chico me es indiferente, es más hasta le encuentro cierto parecido contigo...
D: pues será por eso que no lo soportas... de cualquier forma, Tadeo regresa a trabajar hoy y dile a tu capataz que no se meta con él si no quiere terminar golpeado otra vez...
L: en todo caso, yo podría decirte lo mismo... Bruno tampoco es un retrasado y sabe defenderse muy bien...
D: pues entonces será mejor que ambos guarden sus distancias...
L: eso díselo a tu empleado...
D: se lo diré, no te preocupes... una cosa más... quiero que a partir de hoy Juan se encargue de atender únicamente a Gabriel...
Al escuchar eso, Lucio se puso de pie: por supuesto que no... Juan trabaja para la Hacienda y no tiene por qué atender sólo a ese sacris... a "tu" pareja...
D: y por qué no... hay muchos empleados más... en nada afecta que Juan se ocupe de "mi" pareja...
L: pues entonces ocupa a cualquier otro empleado, pero a Juan no...
D: esto lo haces porque sabes que Gabriel confía sólo en Juan y no soportas verlo aquí ¿verdad?
L: pues sí... no te voy a negar que me desagrada tener a ese jovencito en mi casa... pero tú lo has impuesto... independientemente de todo, Juan es el pago de una deuda por lo que me pertenece...
D: ¿el pago de una deuda? ¿y por cuánto te lo dieron?
L: eso no importa...
D: a mí sí me importa...
El rubio sacó de su pantalón la chequera, tomó un cheque en blanco y lo firmó.
D: pon en este cheque la cantidad por la que te dieron a Juan... yo te lo pago, pero Juan desde hoy sólo le sirve a Gabriel...
Ambos hermanos se miraron amenazadoramente... Lucio tomó el cheque y lo rompió.
L: parece que ese sacristán te tiene muy satisfecho... debe hacer muy buenas chambas una vez que eres capaz de cualquier cosa para complacerlo...
Damián dijo irónicamente: sí... Gabriel me tiene muy satisfecho...
Disimulando su rabia, Lucio dijo: si tanto quieres a Juan, te lo regalo... ojalá que mientras tú no estés... tu pareja no le haga buenas chambas también a Juan...
Damián apretó su puño, deseaba romperle la cara a su hermano, pero se contuvo, después de todo había logrado su objetivo... en cuanto el rubio salió del despacho, Lucio arrojó furioso todo lo que había en su escritorio.
**********
Entre tanto, Gabriel desayunaba en su cuarto acompañado de Juan, quien lo veía comer.
J: a pesar de estar en estado no engordaste casi nada...
G: eso es porque estuve muchos meses sin apetito y hasta ahora estoy comiendo bien...
J: quiere decir que no tuviste antojos...
G: no...
J: y ¿qué se siente?
G: ¿cómo?
J: sí... ¿qué sientes al tener a ese bebé dentro de ti?
G: pues no sabría qué contestarte... es algo raro... saber que dentro de ti crece una vida... la verdad es que yo nunca pensé vivir algo así... no sabía que era un hombre fertilizable...
J: ¿por eso no te cuidaste verdad?... si hubieras estado aquí quizás yo podría haberte ayudado a prevenir tu embarazo...
G: ¿por qué lo dices?
J: pues porque mi papá me enseñó varios métodos para evitar un embarazo...
Gabriel dejó de comer y viendo fijamente a Juan preguntó: Juan ¿tú también eres un hombre fertilizable?
J: sí, yo también puedo embarazarme... mi papá me lo dijo desde que era un niño, por eso me despreciaba porque decía que yo no era un hombre completo...
G: Juan... ¿entonces tú te has cuidado después de lo que pasó con Lucio y Bruno?
J: así es... conozco una bebida que previene el embarazo pero debes tomarla como máximo dos días después de la relación...
G: y ¿es realmente efectivo ese método?
J: pues hasta el momento no he quedado preñado...
La plática de ambos jóvenes fue interrumpida por la entrada de Damián.
J: buenos días don Damián...
D: buenas Juan... que bueno que te encuentro aquí porque quiero decirte que desde este momento no tienes que ocuparte de la casa ni de los caballos, tu única función será cuidar y atender a Gabriel...
Gabriel y Juan se miraron alegres luego de escuchar las palabras del barbado.
J: ¿de verdad don Damián?
D: sí Juan, quiero que pongas todo tu esfuerzo en cuidar de Gabriel... y quiero que seas muy cuidadoso porque te estoy encomendando algo muy valioso para mí...
Gabriel se ruborizó al escuchar eso y sólo pudo decir: gracias Damián...
Dirigiéndose a Juan, Damián dijo: voy a ordenar que pasen tus cosas al cuarto de al lado para que estés todo el tiempo cerca de Gabriel...
J: como usted disponga señor...
D: bueno ahora tengo que salir y voy a tardarme porque iré hacer un negocio, pero antes quiero presentarte a alguien Gabriel...
Damián fue a buscar a Tadeo, quien entró a la habitación un poco apenado... Gabriel vio al joven y atractivo rubio... pero quien más se sorprendió con su llegada fue Juan que no pudo disimular su nerviosismo.
D: Gabriel quiero presentarte a Tadeo, él es mi hombre confianza... Tadeo te presento a Gabriel, mi pareja y la madre de mi próximo hijo...
Con las mejillas sonrojadas, Gabriel vio a Tadeo: mucho gusto...
T: el gusto es mío joven... estoy a sus órdenes para lo que se le ofrezca...
G: gracias...

estoy a sus órdenes para lo que se le ofrezcaG: gracias

Tadeo vio a Juan y dijo: hola Juan... me da gusto verte...
Tartamudeando, Juan contestó: a mí.. a mí también me da gusto que estés de regreso...
Ambos se quedaron viendo... miradas que no pasaron inadvertidas para Gabriel.
D: bueno ya tenemos que irnos... nos vemos después... Juan no te olvides de lo que te dije...
J: sí señor...
Los dos rubios salieron de la habitación y en cuanto se cerró la puerta, Gabriel dijo: así que él es Tadeo ¿es muy guapo no crees?
J: supongo que sí...
G: ¿no me digas que no te habías dado cuenta?
J: pues... no...
G: mmmm... pues yo creo que tú le gustas a Tadeo...
Juan se sonrojó sin responder lo que su amigo le insinuaba... no hacía falta, Gabriel se dio cuenta que entre ellos había algo más.
**********

En una de las caballerizas, Bruno furioso hablaba con LucioB: pero patrón

En una de las caballerizas, Bruno furioso hablaba con Lucio.
B: pero patrón... cómo permitió que el tal Tadeo regresara a esta Hacienda después de lo que me hizo...
L: y ¿qué querías? esta también es Hacienda de Damián y hasta cierto punto tiene razón... yo no puedo despedir a quien no contraté...
B: pues sí patrón pero es que...
L: es que nada Bruno... si tú tienes problemas con ese tipo, arréglalos como puedas... sólo sé un poco más inteligente...
B: está bien patrón... usted manda...
L: y una cosa más... Juan ya no hará las funciones que hacía, ahora sólo se encargará del sacristancillo ese...
B: ¿qué? pero patrón eso si que no...
L: sí, ya sé lo que hay entre tú y ese muchachito... pero te repito sé más inteligente... el que trabaje para Gabriel no significa que no pueda seguir sirviéndote a ti... encuentra la forma de retenerlo...
B: pues no me parece nada de lo que me dice patrón... es como si estuviera dejando que su hermano haga lo que quiera pasando por encima de su autoridad...
L: sí, efectivamente eso es lo que quiero que Damián crea... que piense que me está ganando la batalla... porque cuando menos se lo espere recibirá la estocada mortal y tú Bruno... tú vas ayudarme para acabar con mi hermano... sin él ambos obtendremos lo queremos, tú a Juan y yo a toda la Hacienda...
B: y supongo que también al sacristán...
Lucio sonrió siniestramente: sí, también me quedaré con el sacristán...
**********
En la noche y luego de cerrar un negocio importante... Damián invitó a Tadeo a la cantina del pueblo para festejar su éxito.
D: salud Tadeo... este negocio no habría salido de no ser por tu apoyo...
T: gracias patrón...
D: no sabes lo feliz que me siento... es como si todo comenzara a salirme bien...
T: ¿a qué se refiere?
D: a que por primera vez me siento lleno... no sólo en la parte económica sino también en la parte familiar...
T: supongo que lo dice por ese chico llamado Gabriel...
D: sí...
T: es un joven muy lindo y se ve muy tierno...
D: ¿tierno? se nota que no lo conoces... tiene un carácter de los mil demonios... más de una ocasión me ha dado mis cachetadas... pero eso es lo que me gusta de él, que defiende sus principios sin importarle a quién se enfrenta...
T: ¿en serio? si parece un ángel como...
D: como Juan... a ti ¿te gusta ese muchacho verdad?
Tadeo dudó en contestar: pues no voy a negarle que me atrae, pero ahora hay cosas más importantes para mí...
D: tener alguien con quien desfogarse es siempre necesario... los hombres nos volveríamos locos si no lo hiciéramos...
T: puede ser...
D: pero ¿sabes que es lo que más me tiene más feliz?
T: ¿qué?
D: ese bebé que está esperando Gabriel... no sabes cuánto me alegra saber que voy a ser padre... tengo 34 años y aunque no lo había planeado me encanta la idea de tener un hijo... mi primer hijo... un pequeño Montenegro...
Tadeo bebió su copa y dijo: patrón creo que ya debemos regresar... no se le vayan a pasar las copas...
D: sí tienes razón... no puedo regresar a mi casa borracho o mi "mujer" se va enojar jajajajajaja...
**********
Gabriel estaba acostado con la luz apagada aunque no se dormía... no podía conciliar el sueño... de pronto escuchó unos pasos acercándose... era Damián que entró al cuarto.
De inmediato, el joven se incorporó y sintió el aroma a alcohol que emanaba el rubio.
G: ¿vienes borracho?
D: borracho no, sólo un poco alegre...
G: pues apestas mucho a alcohol...
D: no me digas que te molesta... si los curas también se echan sus buenos vinos...
G: no seas ridículo... eso no tiene nada que ver... será mejor que te duermas de una vez...
Damián se acercó al joven y dijo: sí... me voy a dormir pero primero quiero darle un beso a mi hijo...
G: ¿qué dices?
D: que quiero besar a mi hijo o lo que es lo mismo quiero besar tu estómago...
G: ay Damián ya duérmete...
D: no lo haré hasta que hagas lo que quiero... tú tienes a mi hijo todo el tiempo dentro tuyo, pero yo no puedo sentirlo más que a través de ti... soy su padre y tengo ese derecho...
Hastiado de la actitud de Damián, Gabriel se levantó de la cama: está bien, dale un beso a tu hijo y duérmete ya...
El rubio se agachó para tocar el abultado estómago de Gabriel y luego de acariciarlo con ternura le dio un beso... el más joven sonrió ante ese noble gesto del rubio.
D: estoy seguro que va ser un varón... será todo un Montenegro...
G: bueno, creo que ya es suficiente ahora sí vete a dormir...
Damián se puso de pie y quedando frente a frente con Gabriel dijo: me iré a dormir pero quiero algo más...
G: ¿qué cosa?
D: a ti... quiero besarte...
El rubio se abalanzó sobre el chico que comenzó a forcejear para impedir que este lo besara: suéltame Damián, suéltame...
Con voz apasionada, Damián susurró: te necesito Gabriel... necesito hacerte mío una vez más... necesito de tus caricias y de tus besos... me tienes loco...
G: noooo... Damián suéltame, me lástimas...
Y sin poderlo impedir, Damián besó apasionadamente los labios de Gabriel, quien nuevamente sentía la impotencia de ser más débil físicamente.
El rubio apresó con su cuerpo al más joven dispuesto a hacerlo suyo.



Continuará...

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