17.- El padre y el hijo


Era de medianoche en Tierra Caliente cuando la sangre de Damián Montenegro hervía en una de las caballerizas de la Hacienda... el rubio encontró a Gabriel y Tadeo juntos y sin oír explicaciones se lanzó sobre su joven empleado intentando ahorcarlo.
Tadeo no se defendía aunque tenía la fuerza para hacerlo... Gabriel desesperado al ver la cruel escena no tuvo otra opción que gritar la verdad.
G: noooo Damián... suéltalo, no puedes matarlo, no puedes porque ¡TADEO ES TU HIJO!
Las palabras de Gabriel resonaron en los oídos de Damián, que de inmediato soltó a Tadeo, quien comenzó a toser al sentir que el aire regresaba a sus pulmones.
Gabriel corrió hacia Tadeo y le preguntó: ¿estás bien?... respira, tranquilo...
T: cof cof, sí, cof cof, estoy bien, cof cof...
Damián no salía de su asombro hasta que reaccionó y preguntó con voz firme: ¿qué fue lo que dijiste Gabriel? ¿por qué dijiste eso?... contesta...
G: la verdad, dije la verdad Damián... Tadeo es tu hijo...
D: no, eso no puede ser verdad, no es cierto... estás mintiendo... quieres engañarme porque descubrí tu infidelidad...
G: ya no me importa lo que pienses de mí, pero no podía permitir que mataras a tu propio hijo... por eso tuve que decirlo...

Gabriel se dirigió a Tadeo y le dijo: por favor Tadeo, di la verdad, acaba con todo esto de una vez

Gabriel se dirigió a Tadeo y le dijo: por favor Tadeo, di la verdad, acaba con todo esto de una vez... dile a Damián quién eres en realidad...
El joven rubio alzó la vista y viendo a los ojos a Damián comenzó a hablar: está bien, ya no tiene caso seguir callando... lo que Gabriel le dijo es verdad... yo soy hijo de Ruth y también suyo don Damián...
El león abrió sus ojos desmesuradamente ante aquella revelación: no, es que eso no puede ser... no puede ser... tú no puedes ser mi hijo porque...
T: ¿por qué no?... tengo 20 años... haga memoria... ¿acaso no fue hace más de 20 años cuando usted y mi madre tuvieron una relación?... recuerde y piense si es o no posible que yo sea su hijo... recuerde...
A la mente de Damián vinieron los recuerdos de hace más de 20 años cuando él era un puberto y conoció a la bella Ruth, una chica campesina de cabellos negros que ayudaba en las labores domésticas de la Hacienda... comenzó a perseguirla, a asediarla, pese a que la chica en un principio se negaba, pero él era uno de los jóvenes patrones y finalmente se rindió a la seducción.
Fue en una caballeriza donde Ruth se entregó a Damián... ambos se dejaron consumir por la pasión que sentían en sus cuerpos adolescentes... para ambos era su primera vez... con esa chica, Damián descubrió el placer del sexo... torpemente se robó la virginidad de Ruth y luego de depositar su semilla, le prometió amarla y cuidarla.
El remolino de recuerdos hicieron que Damián se agarrara la cabeza confundido por lo que pasaba.
T: ¿ya lo recordó? ¿verdad que sí puedo ser su hijo?
D: sí es verdad, Ruth y yo tuvimos relaciones, pero eso no me asegura nada...
T: si piensa que mi madre tuvo que ver con alguien más, de una vez le digo que no es así... el único hombre en su vida fue usted... ella lo amó hasta el día en que murió...
D: entonces ¿por qué se fue?... ¿por qué no me dijo que estaba embarazada?
T: no mienta, usted sabía perfectamente que mi madre estaba esperando un hijo suyo y a pesar de eso la corrió de la Hacienda...
D: ¿qué dices?... eso no es verdad... Ruth nunca me dijo que estaba embarazada... ella se fue de la Hacienda sin dejar rastro, sin despedirse... tú no sabes lo que yo sufrí cuando se fue... me sentí traicionado...
Tadeo furioso alzó la voz: no mienta más... ya deje de mentir... sé perfectamente que usted lo sabía porque hasta le dio una cantidad de dinero a mi madre para que se fuera y desapareciera de su vida, por eso yo le juré en su lecho de muerte que lo odiaría, porque usted destruyó su vida... ella murió muy joven y no pudo amar a nadie más, a nadie...
Damián también gritó: entiende que eso no es cierto... Ruth nunca me dijo nada ni tampoco le di ningún dinero... en ese entonces yo era muy joven y no tenía acceso a la fortuna... no entiendo por qué ella te dijo eso, pero no es verdad...
T: no fue mi madre la que me lo dijo... ella nunca me habló mal de usted... fue mi abuelo quien me lo contó tras la muerte de ella...
D: ¿tu abuelo? ¿qué fue lo que te dijo?
T: me dijo que mi madre había sufrido mucho por su culpa y que ella no podía regresar a este pueblo porque usted le había amenazado con hacerle daño si regresaba...
D: pero es que eso es mentira, créeme... tenemos que hablar con tu abuelo y saber por qué te dijo eso...
T: eso no es posible porque mi abuelo también está muerto...
Damián calló por un momento y entonces preguntó: dime una cosa Tadeo, ¿tu abuelo te dijo que Damián Montenegro le había dado dinero a Ruth?

Tadeo pensó por un momento y recordó las palabras exactas de su abuelo: él me dijo que la familia Montenegro era la más ruin de todas, que el peor error de mi madre había sido enamorarse de un Montenegro, ya que un Montenegro la había echado de la...

Tadeo guardó silencio y recordó las palabras exactas de su abuelo: él me dijo que la familia Montenegro era la más ruin de todas, que el peor error de mi madre había sido enamorarse de un Montenegro, ya que un Montenegro la había echado de la Hacienda dándole dinero y amenazándola para nunca volver...
Las palabras de Tadeo aclararon la mente de Damián y un recuerdo llegó a su memoria.
Flashback
Lucio, de 16 años de edad, había descubierto a su pequeño hermano Damián besándose con una de las sirvientas.
L: ¿estás loco Damián? ¿cómo se te ocurre meterte con una de las criadas de la Hacienda? ¿sabes lo que papá dirá cuando se entere?
D: papá no tiene por qué saberlo a menos que se lo digas tú...
L: yo no soy ningún chismoso, pero entiende que esa sirvienta sólo quiere enredarte porque tú eres uno de los patrones... la muy ladina piensa sacar provecho de ti...
D: eso no es cierto... Ruth me quiere de verdad... me lo ha demostrado... y sabes qué... yo también la quiero...
L: no digas tonterías... sólo eres un mocoso...
D: pues la quiero y cuando tengamos la edad suficiente voy hacerla mi esposa...
L: y piensas que papá lo permitirá... estás loco...
D: no me importa lo que tú y papá opinen... quiero a Ruth y será mi esposa...
L: ja... eso ya lo veremos hermanito, ya lo veremos...
Fin del flashback
Tras recordar su discusión con Lucio, todo era obvio para Damián.
D: claro, eso fue lo que pasó... ahora entiendo todo... Tadeo te aseguro que yo no soy el hombre que tú crees y te lo voy a demostrar...
Damián salió de la caballeriza dejando a Tadeo confundido... Gabriel que había observado toda la escena se acercó al joven rubio.
G: perdóname Tadeo... yo no tenía derecho a revelar tu verdad, pero tenía que hacerlo, perdóname por favor.
T: eso ya no importa Gabriel... después de todo tenías razón, ahora me siento libre de ese secreto que me oprimía el pecho...
G: ¿te sientes mejor?
Tadeo vio a los ojos a Gabriel y le contestó: no, no me siento nada bien...
Gabriel sólo pudo abrazar al joven, quien sin poderse contener comenzó a llorar en los brazos del castaño.
**********
Dentro de su habitación, Lucio daba vueltas mientras se tronaba los dedos con nerviosismo... sabía que algo estaba ocurriendo en las caballerizas, pero no se imaginaba lo que realmente sucedía.
En ese momento, fuertes golpes a su puerta lo sacaron de sus pensamientos.
L: ¿quién es?
D: soy Damián... abre la puerta...

Lucio quitó llave y abrió la puerta viendo como su hermano entraba como un león enfurecido a su habitación y sin esperar lo tomó de la camisa y le propinó un fuerte golpe en la cara que lo hizo caer sin salir de su asombro

Lucio quitó llave y abrió la puerta viendo que su hermano menor entraba como un león enfurecido a su habitación... sin dudarlo, Damián tomó al pelinegro de la camisa y le propinó un fuerte golpe en la cara haciéndolo caer al suelo muy asombrado.
Levantándose lleno de furia, Lucio preguntó: ¿qué diablos te pasa? ¿estás borracho?
D: nunca he estado más sobrio en mi vida y ahora ya sé que fuiste tú maldito, tú...
L: pero de qué rayos estás hablando... no te entiendo nada...
D: ya sé la verdad Lucio... ya sé que fuiste tú quien echó a Ruth de esta Hacienda... que tú le diste dinero y la amenazaste para que no volviera...
L: ¿Ruth?... pero que pendejadas estás diciendo... además no entiendo por qué tienes que hablar de alguien que desapareció hace tantos años... no vale la pena siquiera recordarla...
D: sí, sí vale la pena y sabes por qué... porque Ruth tuvo un hijo mío...
L: de eso no puedes estar seguro... ese hijo no era tuyo...
D: ahhhh... así que ya lo sabías...
L: sí... ya lo sabía...
Los puños de Damián se cerraron nuevamente para estamparse en una pared y decir vociferando: y ¿por qué no me dijiste nada?
L: porque tú eras sólo un niño y esa embaucadora lo único que quería era la fortuna de los Montenegro...
D: eso no es cierto... ella me quería realmente...
L: por supuesto que no... cómo podría querer a un mocoso como tú...
D: es inútil convencerte y no me interesa hacerlo... lo que quiero que me digas es cómo supiste que estaba embarazada...
L: ella misma me lo dijo... después de saber lo que había entre ustedes hablé con ella... le pedí que te dejara porque lo suyo no podía ser, tú eras un Montenegro y ella una simple criada... me dijo que su relación había llegado demasiado lejos y que no podía dejarte porque estaba esperando un hijo tuyo...
D: no entiendo por qué te lo dijo a ti y no a mí...
L: supongo que porque se acababa de enterar y yo no le di tiempo...
D: ¿qué quieres decir?
L: que en ese momento le exigí que se fuera de la Hacienda... tú estabas de viaje no recuerdo por qué razón... yo hablé con papá y él me dio el dinero para Ruth... fue una cantidad suficiente para que viviera por un tiempo y para que se deshiciera de esa criatura... como ves, nuestro padre tampoco estaba de acuerdo con esa relación...
D: eres una basura Lucio... de papá puedo entenderlo y él ya no está para reclamarle, pero a ti no puedo disculparte... lo que hiciste es una verdadera canallada...
L: por favor Damián... no seas ridículo... deberías agradecerme que te libré de ser padre a tan temprana edad... la tal Ruth te hubiera amarrado con un hijo y no hubieras podido darte la vida de desenfreno que has llevado.. que no entiendes que todo lo hice por tu bien...
Damián gritó nuevamente: eso es mentira... tú no lo hiciste por hacerme un bien... lo hiciste porque odiabas verme feliz... sabías lo que yo sentía por Ruth y sabías que ella también me amaba sinceramente... por eso nos separaste... sólo por eso...
L: piensa lo que quieras hermanito... ya es muy tarde para solucionar esto ¿no crees?
D: en eso te equivocas hermano... todavía se puede solucionar y sabes por qué... porque el hijo de Ruth, mi hijo está aquí... sí, me refiero a Tadeo, él es el hijo de Ruth y también mío...
Lucio no se sorprendió ante esa revelación: ya lo sospechaba... y supongo que fue él quien te dijo todo esto... claro, quiere que lo reconozcas para quedarse con algo de tu fortuna...
D: para ti ¿sólo eso importa verdad?... dinero, dinero, sólo el dinero importa para ti...
L: porque es obvio que eso es lo que ese muchacho busca... pero no seas ingenuo, tú no tienes la seguridad de que sea tu hijo... no tienes la certeza de que Ruth no se haya metido con otro hombre...
D: por supuesto que tengo la certeza... Ruth me amaba y se entregó a mí siendo virgen... además está el parecido que Tadeo tiene conmigo o ya se te olvidó que un día tú me dijiste que él se parecía mucho a mí... yo no tengo ninguna duda de que sea mi hijo...
L: pues haz lo que quieras, ya eres un hombre y yo no voy a estarte cuidando tu fortuna... regalásela a ese bastardo o a quien quieras...
Damián se acercó peligrosamente a su hermano y le dijo: tienes razón, soy un hombre y hago lo que quiero...
Sin aguantarse más, el rubio le propinó otro golpe en la cara a Lucio haciéndolo caer nuevamente al suelo.
D: lo que me hiciste, no te lo voy a perdonar nunca, nunca...
Como un león enfurecido, Damián salió de la habitación mientras que Lucio se levantaba lleno de rabia, pero tenía que contenerse pues sabía que la guerra apenas comenzaba.
**********
Damián regresó a la caballeriza para buscar a Tadeo, pero no había nadie en ese lugar... entonces subió rápidamente a su habitación donde encontró a Gabriel observando a su pequeño hijo.
D: Gabriel ¿dónde está Tadeo?
G: se fue...
D: ¿a dónde?
G: pues supongo que a su casa...
D: tengo que verlo...
G: te aconsejo que esperes hasta mañana... el pobre está muy aturdido por todo lo que pasó... déjalo descansar y pensar...
D: quizá tengas razón...
Damián se sentó en la cama y respiró por un momento... luego de unos minutos alzó la vista y preguntó: desde cuándo lo sabías... ¿desde cuándo sabías que Tadeo era mi hijo?
G: lo supe en el hospital... el día que nos encontraste abrazados...
D: y ¿por qué no me dijiste nada?
G: porque yo no tenía derecho a hacerlo... era un secreto que sólo le correspondía revelar a Tadeo... si hoy lo hice fue porque me obligaste a decirlo... de lo contrario hubieras sido capaz de matar a tu propio hijo...
Damián se levantó y lleno de rabia dijo: y qué querías que hiciera... cuando encuentro a mi empleado dentro de una caballeriza a media noche contigo...
Gabriel también alzó la voz: claro y tú tenías que pensar lo peor, porque en tu mente sólo caben perversiones...
D: yo no soy tan bien pensado como tú... yo he vivido mucho más y conozco más de la vida que tú Gabriel, por eso desconfío...
G: eso no tiene nada que ver... yo diría que aquí aplica el dicho de que "el león cree que todos son de su condición"... yo jamás me atrevería a engañarte y mucho menos dentro de esta Hacienda... te repito que tú no me conoces...
Damián se acercó a Gabriel y lo tomó fuertemente de los hombros: es que no entiendes que si reaccioné así fue porque estaba muerto de celos... la sangre me hervía de pensar que tenías algo que ver con otro hombre... ¿no lo entiendes?
Gabriel se asustó al ver la furia de Damián en sus ojos y se soltó diciendo: no te justifiques, lo que hiciste fue una barrabasada y la verdad es que si Tadeo no te perdona tendría toda la razón y sabes por qué... porque lo decepcionaste, a pesar de todo él te creía un buen hombre... como en algún momento lo pensé yo... pero también me decepcionaste... tú nos has decepcionado a todos...

Las palabras se clavaron como un puñal en el corazón de Damián y cuando intentó hablar, el pequeño Ángel comenzó a llorar asustado por los gritos

Las palabras se clavaron como un puñal en el corazón de Damián y cuando intentó hablar, el pequeño Ángel comenzó a llorar asustado por los gritos.
De inmediato, Gabriel levantó al bebé de su cuna y comenzó a mecerlo en sus brazos... el rubio entendió que no podía seguir hablando y sin decir más salió de la habitación.
Muy ofuscado, Damián salió de la Hacienda en su camioneta y fue al pueblo... estaba muy aturdido y no sabía qué hacer... habían pasado muchas cosas esa noche... no encontró más refugio que en la cantina donde llegó y se pidió una botella de licor para embrutecerse y callar las voces en su cabeza... no quería pensar en nada... simplemente bebió hasta que amaneció.
**********
El sol apenas salía cuando Bruno escuchó fuertes golpes en su puerta... usando sólo su bóxer, se levantó a abrir y vio que se trataba de su patrón, Lucio.
B: ¿qué pasó patrón? ¿por qué viene tan temprano?
L: recoge algunas cosas y vete ahora mismo...
B: ¿qué dice? ¿por qué?
L: tienes que hacerlo Bruno... las cosas no salieron como esperaba y seguramente el asunto de las cartas se descubrirá... yo no puedo salir involucrado así que toda la culpa será tuya...
B. ¿qué quiere decir?
L: que le diré a Damián que fuiste tú quien planeó todo para fastidiarlo...
B: pero eso no es justo patrón... yo lo ayudé porque me lo ordenó y ahora me echa la culpa y me corre de la Hacienda...
L: no seas estúpido... no te estoy corriendo... sólo quiero que te vayas por un tiempo en lo que las cosas se enfrían... después regresarás, pero ahora quiero evitarte un enfrentamiento con mi hermano, por eso será mejor que te vayas de una vez antes de que él venga a buscarte...
B: pero pos a dónde voy a irme...
L: toma, estas son las llaves de la casa que está a las afueras del pueblo, donde alguna vez llevaste a Gabriel ¿recuerdas?... quédate ahí y también toma este dinero para que te sirva... esto sólo será pasajero... te repito que tú volverás como capataz a esta Hacienda... claro siempre y cuando sepas callarte la boca... porque si sueltas la lengua, no sólo te la corto sino que te hago vivir el peor de los infiernos, ya me conoces...

porque si sueltas la lengua, no sólo te la corto sino que te hago vivir el peor de los infiernos, ya me conoces

Resignado a lo que su patrón le ordenaba, el capataz tuvo que obedecer: pos ta bien patrón... será como usted manda, pero recuerde que me prometió que voy a regresar...
L: ya te dije que sí... es una promesa y recuerda que lo que prometo lo cumplo... ahora vete....
**********
En su habitación, Gabriel apenas y había podido conciliar el sueño cuando escuchó que la puerta se abría... era Damián que regresaba completamente borracho y apenas si podía caminar... el joven se levantó rápidamente al ver que el rubio se acercó a la cuna y quería despertar al bebé.
G: Damián ¿qué haces?... lo vas a despertar... déjalo... mira cómo vienes... será mejor que te acuestes...
Totalmente ebrio, Damián respondió: ah pero si es mi esposo... mi Gabriel... ¿quieres que me acueste? está bien, pero sólo si tú te acuestas conmigo...
G: no digas tonterías... ven, te ayudo a llegar a la cama... necesitas dormir...
Damián apenas podía caminar, por lo que con esfuerzos Gabriel lo acostó en la cama... cuando intentó retirarse, el rubio lo sujetó de un brazo.
D: no te vayas, dame un besito por lo menos...
Gabriel se alejó: hueles demasiado a alcohol, por favor Damián duérmete, necesitas hacerlo...
El joven se levantó de la cama y únicamente le quitó las botas al rubio para que pudiera dormirse... después se acercó a la cuna de su hijo y desde ahí observó a Damián que cayó en un sueño profundo.
Las horas pasaron y ya era de tarde cuando Gabriel platicaba en la cocina con Juan.

Las horas pasaron y ya era de tarde cuando Gabriel platicaba en la cocina con Juan

J: apenas si puedo creer todo lo que me dices... entonces Tadeo es hijo de don Damián...
G: sí Juan... Tadeo es también un Montenegro...
J: ahora entiendo por qué le veía cierto parecido a don Damián...
G: pues yo no lo había notado pero tal parece que así es...
J: lo malo es cómo sucedieron las cosas...
G: sí... yo también me siento muy mal, porque siento que traicioné la confianza de Tadeo...
J: pero tú te viste obligado a hablar... de no hacerlo, don Damián lo hubiera matado y tú no podías permitir eso...
G: lo sé, pero es que las cosas no debieron salirse de control... todo por culpa de una trampa...
J: ¿una trampa?
G: sí, Juan... alguien nos tendió una trampa a Tadeo y a mí...
En ese momento, una sirvienta entró a la cocina y dijo: joven Gabriel, el señor Damián ya despertó y me pidió que le dijera que quiere hablar con usted... lo espera en su recámara...
G: gracias...
J: ¿vas a ir?
G: tengo que hacerlo, afortunadamente ya falta poco para que me vaya de este lugar...
J. ¿estás decidido a irte verdad?
G: sí Juan... ahora más que nunca me doy cuenta que yo no podría vivir con Damián... él no confía en mí y yo no puedo estar al lado de un hombre tan celoso y posesivo...
J: Gabriel ¿puedo pedirte algo?
G. claro Juan, dime...
J: llévame contigo... yo tampoco quiero seguir en esta hacienda... cuando te vayas, por favor llévame contigo...
G: una vez te lo dije Juan y hoy te lo repito... las puertas de mi casa están abiertas para ti... así que prepárate porque cuando yo me vaya, esta vez tú vendrás conmigo...
Y sin decir más, Gabriel salió de la cocina... Juan sonrió, pues pensó que yéndose de la hacienda se liberaría de Bruno y podría tener a su hijo sin que este jamás supiera de su existencia.
Gabriel entró a su habitación donde Damián estaba sentado en la cama y bebía un vaso de agua.
G: supongo que debes tener mucha sed después de la borrachera de anoche...
D: gracias Gabriel...
G: ¿por qué me das las gracias?
D: porque tú me ayudaste a llegar a la cama y me acostaste...
G: yo... tenía que hacerlo...
D: no, no "tenías" que hacerlo, pero lo hiciste... yo no merezco lo que tú haces por mí...
G: olvídalo ya ¿quieres?
Damián se levantó de la cama y acercándose a Gabriel le dijo: si quieres lo olvido, pero de lo que no puedo olvidarme es de pedirte perdón... anoche los celos me cegaron y me hicieron actuar de una manera muy cruel...
G: no quiero hablar de eso...
D: pero yo sí... anoche te lo dije, sé que mi reacción no fue la correcta, pero es que no entendía por qué tenías que verte con Tadeo a medianoche en la caballeriza...
G: porque nos tendieron una trampa...
D: ¿qué dices?
G: sí, Damián... alguien nos envió a Tadeo y a mí cartas donde nos citaban a esa hora... está claro que querían que nos viéramos para que tú llegaras y pensaras lo que finalmente pensaste...
D: ¿tienes esa carta?
G: sí...
Gabriel sacó la carta y se la mostró a Damián, quien después de leerla la arrugó en sus manos.
D: esta letra es de Bruno... ese desgraciado la escribió y fue él quien también me dijo que tú y Tadeo se encontraban en las caballerizas durante varias noches...
G: eso no es verdad, te lo juro...
D: no tienes que jurarme nada... te creo... está claro que todo esto fue una trampa de Bruno y de mi hermano... pero ahora mismo voy hablar con él...
Damián salió furioso de la habitación y llegó al despacho donde se encontraba Lucio.
L: ¿qué quieres ahora?
D: mostrarte esto... léelo...
Damián le arrojó la carta a Lucio, quien fingiendo sorpresa leyó el papel.
L: no entiendo nada...
Damián sonrió irónicamente y dijo: está bien, te explicaré... ayer Gabriel y Tadeo recibieron unas cartas donde los citaban a la medianoche en las caballerizas... ayer también, Bruno me dijo que Gabriel y Tadeo se encontraban todas las noches en las caballerizas... qué curioso ¿no crees?
L: ¿a dónde quieres llegar Damián?
D: es obvio hermano... está claro que Gabriel, Tadeo y yo caímos en una trampa... querían que yo pensara que ellos me engañaban... pero fue una trampa muy tonta porque dejaron como evidencia esas cartas y porque yo conozco perfectamente la letra de Bruno y sé que él las escribió... las escribió por orden tuya...
Lucio se levantó de su asiento y dijo: ¿qué? ¿ahora también vas a culparme por esta infamia?
D: y qué quieres que piense... que Bruno lo hizo por su propia iniciativa... no lo creo... si alguien le gustaría separarnos a Gabriel y a mí... ese eres tú hermano...
L: sí, tienes razón... no me gusta verlos juntos, pero yo no soy el autor de esta estúpida trampa... es demasiado ridícula como para que a mí se me haya ocurrido...
D: entonces, ¿quieres decir que Bruno actuó solo?
L: sí... así debe ser...
D: y por qué lo haría... ¿qué razones tendría él para querer separarme de Gabriel?
L: es que no lo hizo para separarte de Gabriel... lo hizo porque Bruno odia a Tadeo y lo que seguramente quería era que lo echaras de la hacienda...
D: ¿Bruno odia a Tadeo?
L: así es... le tiene celos por su trabajo, además que cree que Tadeo le quiere quitar a Juan... sé que es ridículo, pero ya sabes que Bruno es un hombre mezquino y ladino...
D: me extraña que hables mal de él cuando es tu hombre de confianza...
L: que sea mi hombre de confianza no significa que no conozca sus defectos...
D: pues entonces iré a buscarlo y enfrente de ti tendrá que aclararlo todo...
L: no te molestes en buscarlo...
D: ¿por qué no?
L: porque no lo vas a encontrar... Bruno se fue de la Hacienda...
D: ¿qué?
L: como lo oyes... lo sé porque fui a buscarlo a su cuarto y se llevó sus cosas... no todas por supuesto, pero se llevó lo más importante, está claro que estaba huyendo y ahora entiendo por qué...
D: pues que conveniente que se haya ido ¿no crees?
L: mira Damián, si quieres creerme o no ya es asunto tuyo... está claro que todo esto lo planeó Bruno y por eso se fue... pero si tú quieres pensar que yo tengo algo que ver pues busca una prueba que me inculpe, porque no te voy a permitir que te pases culpándome de todo lo malo que te pasa...
D: es que casualmente, todo lo malo de mi vida siempre tiene que ver contigo hermano...
Sin decir más, Damián salió del despacho dejando a Lucio con una sonrisa burlona.
Gabriel se topó con Damián en las escaleras.
G: ¿qué pasó? ¿hablaste con Lucio?
D: según él... todo fue plan de Bruno y él no tuvo nada que ver... convenientemente Bruno se fue de la Hacienda, pero ahora mismo saldré a buscarlo para que aclare todo... lo buscaré hasta debajo de las piedras...
G: no, espera Damián... olvídate ya de esto... ya todo está aclarado... creo que ahora tienes algo más importante que hacer...
D: ¿algo más importante?
G: sí... tienes que ir a hablar con Tadeo...
**********
En la posada donde vivía, Tadeo arreglaba su maleta preparándose para regresar a su pueblo... en ese momento escuchó que alguien tocaba a su puerta y fue abrir... grande fue su sorpresa al encontrarse con Damián.
D: buenas noches Tadeo, ¿puedo pasar?
El joven rubio dudó en contestar pero finalmente lo hizo: sí... pase...
Damián entró y tras unos minutos de silencio incómodo dijo: veo que estás haciendo tus maletas, ¿vas a algún lado?
T: regreso a mi pueblo, yo ya no tengo nada qué hacer aquí...
D: ¿te vas para siempre?
T: no lo sé... sólo sé que ahora necesito ir al lugar donde crecí y donde fui feliz a pesar de que me faltaba de todo menos el cariño de mis abuelos y de mi madre...
D: Tadeo... yo no quiero que te vayas sin que podamos hablar...
T: ¿de qué?... no hay nada más que decir...
D: te equivocas... hay que aclarar muchas cosas, entre ellas la verdad de lo que pasó...
T: ¿la verdad?
D: sí... ayer me dijiste lo que tu abuelo te contó y tenía razón... él no te mintió... a Ruth le dieron dinero para irse de la Hacienda y la amenazaron para no volver... sólo que quien lo hizo no fui yo sino mi hermano Lucio...
Tadeo se sorprendió ante esa revelación: ¿qué dice?
D: te aseguro que te digo la verdad y no me estoy justificando... lo que pasó fue que mi hermano descubrió lo que había entre Ruth y yo... le conté lo que pasaba y le dije que estaba dispuesto a casarme con ella cuando creciéramos... después yo salí de viaje por la escuela, estuve fuera una semana y fue en ese tiempo que mi hermano se enteró que Ruth estaba esperando un hijo... la amenazó y le dio dinero para que se fuera... cuando yo regresé, Ruth se había ido sin dejar rastro... te juro que la busqué y sufrí mucho por su partida, me sentí traicionado e incluso llegué a tener resentimiento con ella... por supuesto que ese sentimiento desapareció con el tiempo... por eso cuando tú llegaste y me dijiste quién era tu madre, te recibí con cariño porque eras hijo de alguien que fue muy importante para mí...
Tadeo no sabía qué decir... creía en lo que Damián le decía, pero se sentía confundido... habían sido muchos años de creer que era su propio padre quien lo había despreciado... qué haría ahora.
Damián se acercó a Tadeo y le dijo: quizás te resulte difícil creer en lo que te digo pero te juro por mi vida que te estoy diciendo la verdad...
Tadeo alzó la vista y preguntó: ¿usted realmente amaba a mi mamá?
D: no voy a mentirte, hoy después de muchos años me doy cuenta que lo que sentía por Ruth era una pasión juvenil, la de un adolescente que se entusiasma por primera vez, sin embargo ella representó algo muy importante e inolvidable en mi vida, te lo aseguro...
El joven rubio agachó la cabeza ante esa respuesta.
Damián añadió: sé que quizás mi respuesta te decepciona, pero no quiero mentirte y sé que me entiendes porque ya eres un hombre... lo que sí puedo asegurarte es que si yo hubiera sabido que Ruth estaba esperando un hijo mío, jamás la hubiera desamparado... te habría dado mi apellido y hubiera hecho todo lo posible por ser un buen padre para ti...
T: qué caso tiene pensar ya en eso...
D: tienes razón... ya es demasiado tarde... pero quisiera que aunque quizá ahora no puedes verme como un padre, me gustaría que por lo menos pudieras verme como un amigo, como alguien en quien puedes confiar y en quien siempre vas a tener un apoyo... tú ya no estás solo Tadeo, ahora me tienes a mí...
Las palabras de Damián llegaron muy profundo al corazón de Tadeo que tuvo que hacerse el fuerte para no soltarse a llorar como un niño que ve llegar a su padre en una noche de tormenta

Las palabras de Damián llegaron muy profundo al corazón de Tadeo, quien tuvo que hacerse el fuerte para no soltarse a llorar como un niño que ve llegar a su padre en una noche de tormenta.
T: se lo agradezco, pero como le digo en estos momentos necesito más que nunca ir a mi pueblo...
D: lo entiendo y no voy a detenerte... sólo recuerda que las puertas de la Hacienda Montenegro siempre estarán abiertas para ti, no para trabajar sino para vivir... no lo olvides por favor...
T: gracias, ahora si me permite tengo que terminar de arreglar mis cosas porque mi camión sale en media hora...
D: entiendo, que te vaya bien hijo...
Tadeo extendió su mano hacia Damián, quien la estrechó en un fuerte apretón y le dijo: ¿podría darte un abrazo?
El joven rubio asintió y ambos se fundieron en un abrazo fraternal... ambos contuvieron sus lágrimas aunque en su interior lloraban... no dijeron nada más, no hacía falta, ya que el fuerte abrazo decía lo que no podían expresar con palabras.
**********
En la Hacienda Montenegro, Gabriel y Juan comentaban todo lo sucedido.
J: y ¿tú crees que Tadeo acepte vivir en esta casa?
G: pues no lo sé... yo espero que sí porque él también es un Montenegro y merece los mismos privilegios...
J: qué ironía... hace unos meses don Damián no tenía ni un hijo y ahora tiene dos... sin duda su vida va cambiar...
G: así es Juan... un hijo te cambia la vida... algún día lo entenderás...
Juan se quedó pensativo tras oír eso y se puso de pie... de pronto, tuvo un leve mareo que fue percibido por Gabriel.
G: ¿qué te pasa Juan? ¿estás bien?
J: sí... estoy bien... es sólo que no he cenado y por eso...
G: pero Juan... mira la hora que es... ve a prepararte algo y luego acuéstate para descansar... el bebé ya se durmió, no tiene caso que sigas aquí...
J: está bien Gabriel... hasta mañana...
Antes que Juan saliera del cuarto, Gabriel le preguntó: Juan, ¿seguro que estás bien? ¿no quieres que llamemos al médico?
Con una sonrisa, Juan dijo: no Gabriel, no es necesario...
Minutos después, Juan llegó a la cocina y comenzó a prepararse algo para comer aunque tenía el estómago revuelto... en ese instante, Bruno se apareció y le tomó del brazo.
J: Brunoooo... ¿qué haces aquí?
B: vine por ti Juan... creíste que me iría y te dejaría en este lugar...
J: suéltame Bruno...
B: necesito a alguien para desfogarme y tú vas a seguir sirviéndome por eso te llevaré conmigo...
J: suéltame, si no lo haces voy a gritar...
B: vendrás conmigo, a la fuerza pero vendrás...
Juan intentó gritar, pero el capataz le cubrió la boca con su mano y comenzó a arrastrarlo para sacarlo de la cocina.
El chico no podía hacer nada pues el hombre era mucho más fuerte que él... Juan comenzó a llorar pensando en lo que podría pasarle a él y a su hijo.
**********
Damián regresó a la Hacienda y fue a su habitación para hablar con Gabriel, a quien le contó detalladamente lo que había pasado con Tadeo.
G: pues estoy seguro que Tadeo volverá... lo que necesita es tiempo para pensar...
D: yo también creo eso, por eso lo dejé ir... no quería presionarlo más...
G: me da gusto que lo hayas hecho...
D: Gabriel, gracias por apoyarme en esto...
G: no tienes nada que agradecerme... yo no he hecho nada...
D: te equivocas... haz hecho mucho, con tus consejos me haces ser una mejor persona...
G: no son mis consejos... quizás eres una buena persona, pero no te das cuenta de ello... en fin quiero decirte algo...
D: ¿qué cosa?
G: el plazo se ha cumplido... han pasado semanas desde que tuve al pequeño Ángel y tal como acordamos yo ya cumplí con mi parte...
Con semblante preocupado, Damián preguntó: ¿qué quieres decir?
G: que este domingo me voy de Tierra Caliente...
Continuará...

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